OPINIÓNMEDIO AMBIENTE

LOS RUIDOSOS VACÍOS Y LOS SERES MONSTRUOSOS

LOS RUIDOSOS VACÍOS Y LOS SERES MONSTRUOSOS(Violencia acústica vs paz sonora)

“Los cántaros como las carretas, cuanto más vacíos están, más ruido hacen, así el ser humano del siglo actual”.

A lo largo de la historia de la Humanidad se ha reconocido en el ruido su capacidad para molestar, perturbar la tranquilidad y el descanso, servir como herramienta de tortura, como en aquella película de Fritz Lang, Metrópolis, en la que, aun siendo muda, el ruido está omnipresente. (Ruido en la excesivamente publicitada Lost in traslation).

El ruido es protagonista en todos los ámbitos del arte. El grito (en noruego Skrik), es el título de varios cuadros del noruego Edvard Munch (1863-1944). Todas las versiones del cuadro muestran una figura andrógina en primer plano, que simboliza a un hombre moderno en un momento de profunda angustia y desesperación existencial.

Las artes han recreado muy bien estos ambientes sonoros. En la literatura existen muchas referencias a los problemas del ruido, está presente en el infierno de Dante Alighieri (La Divina Comedia) que describió el ruido como un invento del demonio, que sometía a algunos de los condenados al infierno, a la intensa tortura, que suponía sufrir sin descanso a los ruidosos.

Schopenhauer creía que la actitud de aguante ante el ruido es inversamente proporcional a la inteligencia.

Cuanta mayor necesidad tiene un ser humano para hacerse notar, mayor será el ruido que emite; cuanto más pequeño y sólo se sienta un ser humano, mayor será su ruido ubicado en sus bocinas, en la música de alto decibeles en sus vehículos; cuanta menos armonía exista en el hogar, mayor será el ruido estrepitoso que emanan de sus muros y sale por sus ventanas.

Queriendo llenar el monstruo de la soledad interna, de la no satisfacción, los ruidosos flagelan a otros y a ellos mismos, hasta tronar los tímpanos.

DE LA HISTORIA DE LOS RUIDOS

Ya en el S. XVIII en el “Diccionario de autoridades” se designa al ruido como: estruendo y sonido que destempla, altera y desazona el oído …

Durante el siglo XX, la primera declaración internacional que contempló las consecuencias del ruido sobre la salud humana se remonta a 1972, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió catalogarlo genéricamente como un tipo más de contaminación.

LOS RUIDOSOS VACÍOS Y LOS SERES MONSTRUOSOSPara el siglo XXI, según recientes estadísticas, unos 300 millones de personas residen en zonas donde los ruidos ambientales superan los 65 dB, sobrepasando el nivel máximo de ruido admisible.

Pareciera pues, que, en el siglo XXI, El silencio es un lujo.

VIOLENCIA ACÚSTICA

A la violencia ejercida por medio del sonido se le llama violencia acústica. Este es un problema social existente en diversos países, que parece no estar en la agenda de las autoridades.

Este tipo de violencia afecta directamente el bienestar y la salud pública de los residentes de una calle, un barrio o toda la ciudad. ¿Quién no ha tenido un vecino ruidoso que quiere hacernos participar contra nuestra voluntad de sus exultantes estados de ánimo?

O los que han tenido el infortunio de vivir cercanos a restaurantes y bares, que más que sitios de placer, parecen sitios de terror acústico.

De este estilo abundan en el país y el estado de Jalisco, en las colonias de esta bella comunidad tapatía del siglo XXI, que pudiera pensarse son de postín, pero resultan de tostón.

Si no me cree, vaya a experimentar en zonas como la colonia Providencia o algún restaurante ruidoso extremo cercano a la Glorieta del Arte de la colonia Chapalita, por nombrar algunos.

Quizás los no ruidosos nos preguntemos: ¿Pondrán música así para marcar el ritmo de la degustación? ¿Hacer ruido y bombardear con ello el vecinaje, es requisito para hacerse notar ante su dudoso menú y su basto recital? Misterio total, que nos deja más preguntas que respuestas.

LOS RUIDOSOS VACÍOS Y LOS SERES MONSTRUOSOSEstos violentos acústicos, ejercen su poder apoyados en la tecnología, que les proporciona potentes y costosos equipos electrónicos para amplificar su capacidad de perturbación.

A este tipo de ciudadano le tiene sin cuidado la célebre frase de Benito Juárez: “El respeto al derecho ajeno es la paz”.

Ellos, los ruidosos, no desean escuchar su propia música, pues su objetivo es imponerla a los demás. Su sentimiento de dominio sólo es comparable con el del macho alfa en una manada de lobos, que somete a su grupo a través de un aullido estridente.

Subestimar esta situación indicaría que marchamos hacia una sociedad acústicamente enferma, y de lo que se trata es de erradicar ese tipo de violencia y buscar la paz: la paz sonora.

En México no existe una cultura del silencio, sino más bien una apología del ruido.

Muchos decibelios, como si la frase fuera: “meto ruido luego existo”.

Plató de escándalo, nación acústicamente contaminada, tiene deuda con el silencio.

No hay legislación que diga qué hacerse en estos casos que se rebasan los 65 decibeles.

Muchos esfuerzos se han hecho. Hay campañas contra el ruido, sin embargo, sigue reinando el desparpajo entre vecinos, entre industrias, entre restaurantes y entre personas.

CONCLUYENDO

La producción de ruido excesivo, padecido de forma crónica, persistente, es un atentado grave a la dignidad de las personas. Las reivindicaciones ciudadanas por un ambiente no ruidoso no suelen ser en modo alguno un asunto propio de manías subjetivas o de exceso de susceptibilidad.

Al contrario, la producción de ruido sin consideración a los perjuicios que puede producir a los demás, es lisa y llanamente, una agresión.

Busquemos vibrar en armonía, busquemos los remansos de paz. Céntrese en escuchar dentro

de usted, dese la oportunidad del lujo del silencio, nada le cuesta, es gratis …

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