VIOLENCIA VS VIOLENCIA
Descanse en paz, “La Güera”, ROSA MARÍA IBARRA ASTORGA, excelsa amiga y periodista.
Recientemente se “conmemoró” el Día internacional de la Mujer. Grupos de “activistas”, no sólo mujeres, gozaron de la libertad de expresión y de tránsito. Para el común de la sociedad, la mujer representa un sagrado ser humano que desafortunada e históricamente ha sido relegado. Múltiples son las líneas que polemizan este tema y, como cada quien habla de la feria como le va en ella”, como en casi todo, las conclusiones y las opiniones son relativas.
El mal trato y la discriminación al tradicionalmente “sexo débil” son factores que alteran a la sociedad. Hay féminas y no féminas que han enarbolado esa lucha con honestidad y con honradez pero también las hay gente embozada que aprovecha las circunstancias para saciar capacidades, gustos, tendencias, inclinaciones, frustraciones o como usted, amable lector, guste calificarlos en donde, como condición humana, saltan las frustraciones que se van convirtiendo en ira, rencor, venganza, destrucción y se considera que la violencia contra las mujeres debe atenuarse y lejanamente eliminarla, mediante actos vandálicos. La historia universal lo confirma sobre todo cuando el macho, más fuerte físicamente, avasalla a grados cavernícolas, a la hembra. El ser humano, como parte del reino animal no escapa a tal conducta.
Es la violencia, y no la razón, la que predomina. Poco a poco, y mientras la explosión demográfica sature al mundo, así será. ¿Qué sucede en los conflictos? El más poderoso aplasta al débil. Dicen las Escrituras que para acabar con la esclavitud que practicaban los egipcios contra los cristianos, estos huyeron y fueron perseguidos por las hordas del faraón que fueron devoradas por el mar rojo por obra de un gran poder. Es decir, fue la violencia, la fuerza, la destrucción la que “liberó” a los esclavizados. Y es que el absolutismo egipcio no dejó otra alternativa. Así ha sucedido por los siglos de los siglos buscando de la paz. Desde la óptica de algunos, la paz se logra por medio de las guerras y a fin de cuentas, la tranquilidad y la verdadera convivencia nunca llega porque impera la supremacía del más fuerte.
Es “Historia” que las mujeres y los diversos grupos sociales se manifiesten, protesten, hagan plantones, cierres a la vialidad y destruyan el patrimonio del Estado, que no del gobierno. Es una forma de desahogar la frustración afectando a gente que en un momento dado tiene que transitar a su centro laboral o que, con sacrificio y tesón, han logrado instalar un centro comercial, cultural o de esparcimiento y perjudicando mobiliario urbano lo que representa pérdidas para los que pagan impuestos. Los autores de esas vandálicas manifestaciones, ¿trabajan, pagan impuestos? ¿producen beneficio común? ¿Quién se beneficia con esas negativas conductas?
¿Qué dicen las estadísticas? Esas vandálicas manifestaciones ¿en qué medida han disminuido la violencia? ¿A cuántos servidores públicos han lesionado o dejándolos con invalidez física? ¿Cuánto gasto provocan los destrozos? ¿Con ello se reivindican las y los afectados? ¿Hay “patrocinadores” o manipuladores? ¿Quién y en dónde entrenan esas personas? ¿De dónde y cómo adquieren las herramientas para destruir; los aerosoles y la gasolina y los artefactos y armas que utilizan para “erradicar” la violencia, ¿de dónde salen? ¿Es la destrucción la única forma de poner orden en la humanidad? ¿A eso se refirió Jesús cuando dijo que derribaría el templo y en tres días lo levantaría?
