CULTURA

LEYENDA DEL DESAHUCIADO

LEYENDA DEL DESAHUCIADO(1899 – 1999) Литэратура      Сериал Легендас #3

Hacia el año de 1910 Rómulo Santiago Aranda fue recluido en el refugio para niños conocido como El Hospicio Cabañas construido en 1805 por el benefactor Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo. Su tío lo recluyó ante la pérdida del padre y la incapacidad de una madre inválida. Vivió parte de su precoz inocencia a los 11 años de edad descubriendo su entorno, sus compañeros y la crudeza de la vida; experimentando “situaciones” que él, en su inocencia creyó algo normal.

En la Guadalajara de ese tiempo los elementos existentes para sobrellevar una vida en extremo paupérrima con acentuadas privaciones era cosa de todos los días: Una alimentación pobre, harapos para vestir, desnudas piedras para dormir, una acentuada discriminación: (en 1749 se construyó un templo solo para los españoles… A la raza de manta y huarache les era prohibido ingresar por ser –humanos inferiores-), una esclavitud no reconocida, una total ignorancia y una salud quebrantada por la continua incertidumbre.

Al costado sur de esta majestuosa construcción, existía y existe la conocida “botica del Hospicio” fundada en 1886 por la Sra. Narcisa B. Viuda de Garnica y cuyos bálsamos, polvos, ungüentos, hierbas, líquidos y menjurjes fueron el inventario comercial de esta botica a la que acudían una cada vez mayor cantidad de personas a adquirir pobremente algún remedio para sus malestares. Por su circunstancia y edad, Rómulo Santiago Aranda de naturaleza apacible y retraída, se la pasaba descubriendo y conociendo todos los rincones del Hospicio, entonces a cargo de las monjas quienes a pesar de sus cuidados no siempre lo tenían al alcance de su vista; Rómulo buscaba esos nichos de piedra en donde se sentía –protegido-.

cabañasCon el tiempo le despertó la vocación por el altruismo y un cierto grado de conmiseración que lo indujo a ser de los muchachos mejor evaluados en el orfanato porque siempre estaba por ayudar a los demás. Su madre fallece y deja aceptables bienes administrados por su tío quien también fallece cuando Rómulo frisaba los 26 años de edad… hereda una aceptable dote a la que inicialmente quería renunciar.

LEYENDA DEL DESAHUCIADOPor recomendación y gestión de las autoridades, queda a cargo de velar por el inmueble para posteriormente convertirse en administrador del mismo siguiendo la ordenanza establecida por el Obispo Cabañas que indica: “procurar una vigilancia benéfica y activa, el socorro abundante y buen trato en la comida y vestido […] que todos los individuos de esta Casa estén completamente vestidos así de ropa interior como exterior, que se muden de limpio todos los domingos y que se hagan los lavados que correspondan […] y tener abastecida esta casa con abundancia para que los pobres nunca carezcan de nada”. Ordenanza a la que Rómulo Santiago Aranda dono gran parte de su dote para cumplimentarla.

Asiste a los niños de la generación 1930-1940 a su debido cuidado. Tiempo después le notifican la invitación e intención del muralista José Clemente Orozco de realizar pinturas en esos muros de piedra a las que el artista decía; “plasmare una visión humanista que quede en relieve el México de nuestros días… de nuestra época”.

Maravillado Rómulo Santiago es testigo de las pinceladas del artista en los años 1938–1939. Extasiado admira los recién pintados frescos de la cúpula mayor del Hospicio. Algo del vivo color y la forma trazados en los recuadros y la bóveda le causaban sentimientos encontrados: miedo, admiración, desolación… debilidad. -En especial-, en uno de los 16 recuadros ubicados por debajo del mural titulado: “El Hombre en llamas” coincidía inexplicablemente en su psiquis interior con un sueño, tal vez no recordado.

LEYENDA DEL DESAHUCIADOA raíz de ese continuo embelesamiento ligeros síntomas orgánicos y emocionales empezaron a suceder en su ser. Preocupado asiste a la “Botica del Hospicio”.

Abrumado por la profusa y bizarra mercancía allí expuesta, aunado a los dulzones olores su vulnerabilidad se manifiesta y “algo” detona en su mente dando inicio a una inquietud. Al paso de las semanas, la asociación a la obsesiva pintura con los bálsamos de la botica se recrudecieron… Un día le dolía la garganta; otro día le daban calambres o la cabeza; sordera, comezón, dificultad para respirar… ¡Me duelen los dientes! decía. El médico de la botica no encontraba la causa de sus padecimientos a la par de la prescripción de diversas lavativas, pomadas y polvos que paliaran tales síntomas y así, pasaron los años.

Rómulo Santiago Aranda deambulando por la vida, enclenque, enfermizo y siempre asistido; lamenta que el médico que le atendió por mucho tiempo deja de existir… compañeros del hospicio se van de este mundo dejando solo recuerdos de esos difíciles años…

LEYENDA DEL DESAHUCIADO1959, 1970 los convulsivos años posteriores al 68´ lo envuelven en desesperanza; queda atrapado en el atentado del 14 de febrero de 1973 donde asesinan a 4 estudiantes; las balas silban sobre su cabeza, ve la muerte por todos lados… “Lo que lo enferma todavía más”. 1978 se queja de dolores en las piernas, siente que se quema, todo le sabe amargo, me molesta la columna vertebral ¡me duelen los ojos! decía.

1985 Se entristece por lo sucedido en la ciudad de México; lastra con continuas visitas hospitalarias, colecciona recetas, pomos, pastillas, frascos, curitas, negativos de rayos X, una férula para la pierna, muletas, un collarín, sueros aquí y allá… ¿Qué tengo? se preguntaba y le preguntaba al médico, el cual después de una revisión exhaustiva le decía: “Por la gravedad de sus padecimientos no hay cura, está usted DESAHUCIADO”. Resignado medita sobre qué hacer con sus últimos días de vida, regresa al Hospicio e hipnotizado se queda admirando la pintura… buscando en los claro oscuros… el tiempo se le va como el viento en una tarde de otoño.

1990 Rómulo Santiago Aranda “siente que está enfermo” y lo internan en el hospital, convalece, lo dan de alta, sus temores regresan, incertidumbre, miedo… 1999 pierde la noción de las veces que ingresa al hospital…cuenta la leyenda que por fin fallece de muerte natural a los 100 años de edad.

La mente humana es, y seguirá siendo un misterio. A lo largo de la vida de una persona se experimentan altibajos que quedan soterrados en las profundidades del ser.

Usted amable lector, lectora encontrará en uno de los 16 recuadros que sustentan el mural en la cúpula mayor titulado: “El Hombre en llamas” la paradójica razón del porqué de sus malestares. Cuenta la leyenda que Rómulo Santiago Aranda se le aparece etéreo y fantasmal en la bóveda de la cúpula mayor del Hospicio Cabañas a la persona que descubra entre las formas la causa de sus enfermedades. ¿Se atreve a buscar en la pintura el origen de sus males?

-Leyenda del Desahuciado-

Autor: Carlos Martínez Valadez _ febrero de 2023.

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Próxima entrega: ¿Por qué nuestra ciudad Guadalajara fue fundada aquí?

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