Más relucientes lucen los colores rojos de los murales de David Alfaro Siqueiros y Amado de la Cueva tras el arduo trabajo emprendido por los restauradores del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio (Cencropam), dependiente del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
Durante tres meses, 10 profesionales hicieron limpieza de polvo adherido, consolidación de resane y reintegración cromática de la obra Ideales agrarios y laboristas de la Revolución de 1910.
“La última intervención que se había hecho fue en 1992, cuando el inmueble se convierte en biblioteca. Encontramos que había mucho polvo. La conformación del muro poniente tenía un depósito de polvo inusual, había una capa que con limpieza se logró restituir el brillo de los colores”, dijo el restaurador Renato Paperetti.
Mencionó que el inmueble, que data de hace más de cuatro siglos, presenta grietas estructurales que cubren toda la nave y que no se pueden ocultar, pero que se intervinieron. También se intervino la escamación de pintura y la pérdida de capa pictórica en algunas zonas.
Este mural fue realizado al temple y los pigmentos son menos resistentes que los frescos, por lo que el trabajo se hizo con sumo cuidado.
Uno de los hallazgos fue el color original de la bóveda, que era un beige más oscuro que el que se percibía, mismo que fue reincorporado.