CIEN AÑOS DEJANDO HUELLA
Por: Dr. Luis Octavio Cotero Bernal*/ TEN/ Opinión
Para no pocos, sino para muchas generaciones, la Universidad de Guadalajara, que creció y se acercó a todos los rincones de la entidad, produciendo generaciones de mujeres y hombres que han engrandecido en todos los sentidos a la entidad, tanto en el contexto nacional como internacional y que hoy muy dignamente está representada por toda una dama, como lo es la Mtra. Karla Alejandrina Planter Pérez, que ha sabido dirigir los destinos de la institución y enfrentar los embates que enfrenta la casa de estudios, tanto en lo académico, en lo docente y en lo administrativo y más allá en la defensa con toda entereza de la clase estudiantil, que desafortunadamente padecen el riesgo que entraña todo tipo de delitos.
Este doce de octubre, que se cumple el centenario de la reapertura de esta máxima casa de estudios, que desde su origen a esta fecha, ha trascendido por más de doscientos años, donde los sectores que la componen la han sabido engrandecer, mantener, fortalecer y extenderse en el contexto mundial, que gracias a la inteligencia, el talento, el valor, el desempeño, el arrojo, el esfuerzo y desde luego el valor civil, con todo el honor necesario el licenciado Raúl Padilla López, sumado el esfuerzo de todos los actores que han dirigido los destinos de esta institución académica obliga escribir con letras de oro, este doce de octubre del dos mil veinticinco, en todos los espacios que conforman la estructura que conforma la grandeza de nuestra alma máter, viva por siempre la Universidad de Guadalajara.

Todo lo anterior, obliga a todos los que integramos la Universidad, desde los académicos, los estudiantes, los administrativos a seguir fortaleciendo y engrandeciéndola en todos los sentidos de su función, para seguir cumpliendo con tan noble servicio que ha venido prestando y que por lo menos por otros cien años pueda continuar forjando hombres y mujeres que sirvan a la humanidad y en particular a la entidad, dada su naturaleza estatal y producto del erario público que permite que todas las clases sociales, en particular, las más menesterosas, tengan la posibilidad de formarse profesionalmente, desde cualquier rincón del estado, todo ello es un deber moral, social y profesional por sobre todo, con el más amplio espíritu cívico, democrático, laico y plural y así cumplir con el lema PIENSA Y TRABAJA.
*Director del Observatorio Académico de Seguridad Publica y Administración de Justicia del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara y miembro del cuerpo académico UDG-CA-611 integrado, entre otros, por la Doctora Angélica Jesús Ceceña Altamirano, Doctor Alfonso Partida Caballero, Doctora Alicia Livier Estrada Gutiérrez, con línea de Investigación Paradigmas de la Justicia en México. [email protected]