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UNA DE CADA CUATRO MUJERES CON CÁNCER MUERE EN JALISCO.

Hablar de las enfermedades que afectan en alto índice a las mujeres en edad productiva de nuestra entidad resulta lamentable, y no es debido a la condición que deteriora la calidad de vida de ellas sino por la manipulación y ocultamiento que las autoridades en materia de salud llevan a cabo.

Tal es el caso de los diferentes tipos de cánceres incidentes en la población femenina de Jalisco; a decir de la fundación SOii (Sostiene Organiza Innova e Impacta México. A.C.), el cáncer de mama es uno de los mayormente agresivos entre la población femenina mayor de 18 años.

Si bien, mucho ha avanzado la ciencia médica sobre el tema, también es cierto que las repercusiones sobre la salud, juegan un papel psicológico y emocional, sumamente importante para las pacientes; la autoestima, el machismo, idiosincrasia y la ignorancia de la sociedad llegan a influir en la seguridad de quien se enfrenta a una condición extraordinaria, que le garantiza superar ese padecimiento.

El impacto emocional para la mayoría de las pacientes, quienes enfrentan una extirpación de senos, caída de cabello por efecto de las radio y quimioterapias y otras repercusiones a consecuencia de las cirugías; representa para la paciente un auto rechazo, perdida de la autoestima, depresión, aislamiento y miedo a la percepción que los demás tendrán de su apariencia.

Lamentablemente esta condición no respeta niveles socioeconómicos ni académicos, y afecta en un alto porcentaje a mujeres en condiciones económicas básicas; es decir, empleadas, obreras, estudiantes e incluso de la tercera edad, y es para este sector de la sociedad jalisciense, considerado vulnerable, que adquirir prótesis, pelucas especiales y otros accesorios resulta difícil de obtener.

UNA DE CADA CUATRO MUJERES CON CÁNCER MUERE EN JALISCO.
Claudia Hernández, sobreviviente de Cáncer de mama e integrantes de la Fundación SOii en Rueda de Prensa.

La Fundación SOii conscientes de esta situación que en las últimas décadas ha rebasado a las autoridades sanitarias, al formar parte de la lista de enfermedades graves que las mujeres padecen, convirtiéndose en un enemigo silencioso, asintomático y casi imperceptible, por lo que pasa desapercibido hasta que ya se ha desarrollado.

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