BIOPLÁSTICO CON CÁSCARAS DE HUEVO ES YA UNA REALIDAD, CUAltos.
Las cáscaras de huevo son la materia prima que dos alumnos del Centro Universitario de los Altos (CUAltos) utilizan para fabricar plástico ecológico, dentro del proyecto Polei. El material obtenido serviría para fabricar macetas biodegradables, platos, vasos y cubiertos desechables, informó el estudiante del décimo semestre de la licenciatura en Medicina Veterinaria y Zootecnia, Luis Enrique Angulo Orozco.
Las macetas pueden utilizarse en invernaderos o viveros, y cuando sea vendida una planta, el comprador puede trasplantarla con todo y maceta, ya que el bioplástico funciona también como fertilizante orgánico; además, se va a empezar biodegradar al momento de enterrar las raíces.
La fabricación del bioplástico es económica, ya que una porción viable para hacer un plato desechable cuesta alrededor de 70 centavos, cuando la fabricación es casera. Lo que quieren los estudiantes Orozco Angulo y Katia García Íñiguez –quien estudia también el décimo semestre de Medicina Veterinaria y Zootecnia–, es industrializarlo y hacer más eficiente el proceso para bajar aún más los costos de producción.
El plástico obtenido por los estudiantes es una combinación de cinco ingredientes, entre ellos la cáscara de huevo, que le proporciona firmeza y mayor biodegradabilidad. Dependiendo de las mezclas puede lograrse un material más moldeable como el papel fomi, o más firme.
El bioplástico puede biodegradarse en menos de dos semanas, y cuando la consistencia es más firme, empieza a hacerlo después de tres meses, informó Angulo Orozco, quien añadió que también puede biodegradarse en un medio acuoso.
El producto puede ser comparable en resistencia y fuerza con el unicel, aunque es sensible al calor, características que serán corregidas para retardar el proceso de degradación ante cambios de temperatura utilizando protectores ecológicos.