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A CUATRO AÑOS EL «NUEVO» MERCADO CORONA SE ENCUENTRA EN PLENO DETERIORO, NO RECIBE MANTENIMIENTO DEL AYUNTAMIENTO.

Las promesas fueron solamente eso, una simulación más, de las utilizadas por los gobiernos en turno; desde el siniestro que destruyó al anterior inmueble, hasta la disfuncional mole de concreto que no resulta agradable ni para los visitantes, mucho menos para los locatarios y el personal que en él laboran diariamente.

La medida implementada durante la administración del entonces presidente municipal en Guadalajara, Ramiro Hernández García, a quien correspondió atestiguar del desplome de un icónico mercado municipal y dar el visto bueno al nuevo proyecto que posteriormente continuaría el actual gobernador, Enrique Alfaro y sus correligionarios, Juan Enrique Ibarra Pedroza.

A CUATRO AÑOS EL "NUEVO" MERCADO CORONA SE ENCUENTRA EN PLENO DETERIORO, NO RECIBE MANTENIMIENTO DEL AYUNTAMIENTO.
En su momento reconoció que aglutinar a los locatarios en un inmueble mal planeado, era una medida política, según Enrique Alfaro Ramírez, entonces munpícipe de Guadalajara..

Quienes como una diferente corriente ideológica partidista, le doraron la píldora a los locatarios y lograron como una medida política, introducirlos a ocupar los reducidos espacios trazados, despojándoles de áreas y limitando sus actividades.

Alfaro Ramírez, entonces presidente municipal en Guadalajara, prometió que la sustentabilidad del inmueble se obtendría de los recursos generados por el uso de los baños públicos (hoy concesionados a una empresa denominada WUPI), un 8.0 por ciento, el cual serviría para dar mantenimiento al edificio, lo cual nunca se ha llevado a cabo, a decir de los locatarios.

«Habemos diariamente entre 2 mil y 2,500 personas, trabajando, de compras y son muchos los que acuden a los baños; por cada ingreso cobran 5.00 pesos y no dan comprobante; cada mes fácilmente se llevan más de un millón de pesos por el servicio de baño público» dijo una de las comerciantes.

Las constantes quejas que los visitantes externan no solamente son en torno a las escaleras eléctricas, (sin funcionamiento frecuentemente), el aspecto sucio y demacrado en pisos y paredes, aunado a la falta de presencia policíaca, hacen que este punto de la ciudad se perciba olvidado por las autoridades municipales.

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