CREAR LA INERCIA
Por: Carlos Prospero/ TEN/ Cultura
Una editorial publica un libro porque el autor fue recomendado por un autor con trayectoria, un político o un empresario, que bien pueden costear un porcentaje de los costes de la impresión y no solamente recomendarlo utilizando el imperio de su posición de autoridad.
Por la Ley de imprenta y para efectos de los impuestos, la editorial debe imprimir un tiraje mínimo de mil ejemplares, que debe consignar en las páginas del colofón.
Una editorial en forma asume los riesgos del mercado y en ese punto ancla sus ganancias.
Entonces se da cuenta de que el éxito de la venta de un libro, y por ende de todos los libros que publique, está en una campaña de creación de necesidades, como las del jabón, los perfumes, las pantallas de televisión o los teléfonos inteligentes.
Una campaña para posicionar ese libro en el mundo de libros del mismo tema, tanto de su propia editorial como los de la competencia, requiere de la opinión de alguien experto en la lectura y el análisis literario que tenga hambre de un buen bistec y una copa de vino y de reconocimiento social, pues solamente una persona con esas características podría enfocar su visión en el descubrimiento de asuntos ocultos o de las supuestas sutilezas propias de la escritura; hacer un análisis inmanente del relato y develar las emociones contenidas o tan sólo sugeridas para que el posible lector se entusiasme, se identifique con ellas y compre.