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Anticonceptivos de larga duración, estrategia para reducir embarazos no planificados durante la pandemia.

Más de 7 millones de millones de embarazos no planificados podrían presentarse en el mundo en los próximos seis meses derivado del confinamiento por COVID-19 de acuerdo con la UNFPA[i]. Situación por la cual organismos nacionales e internacionales de salud aconsejan centrar las estrategias de planificación hacia métodos anticonceptivos reversibles de acción prolongada (ARAP) en adolescentes durante esta “nueva normalidad”.

El incremento en el número de embarazos no planificados por la pandemia agrava la situación en México, al ocupar el primer lugar en el tema entre los países de la OCDE con una tasa de fecundidad de 70.6 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años de edad[ii], lo que significa más de 390 mil nacimientos anuales en menores de 19 años[iii], aseguró el Dr. Alberto Bañuelos Franco, Ginecólogo, jefe de ginecología del hospital Zoquipan en Zapopan Jalisco.

Aún y cuando los sistemas de salud hoy se enfocan cien por ciento en la atención del COVID-19, para mitigar esta problemática de salud pública, recientemente el Gobierno Federal emitió un acuerdo sobre las acciones esenciales para la atención y protección de niños y adolescentes durante la emergencia sanitaria por coronavirus, donde solicita a todas las instituciones de salud realizar el máximo esfuerzo para prevenir embarazos en adolescentes y garantizar el acceso a métodos anticonceptivos y consejería para este grupo poblacional [iv].

Anticonceptivos de larga duración, estrategia para reducir embarazos no planificados durante la pandemia.
Conocimiento y uso de anticonceptivos de larga duración contribuirían a reducir embarazos no planificados en adolescentes durante la pandemia.
Se presenta un nuevo implante subdérmico con protección anticonceptiva por 5 años, disponible en los principales sistemas de salud pública del país.

En sintonía con la Estrategia Nacional de Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA) de reducir en 50% la tasa de fecundidad de las adolescentes para el 2030[v], se ha integrado al Compendio Nacional de Insumos para la Salud, el nuevo implante anticonceptivo subdérmico con levonorgestrel, ofrece protección hasta por 5 años, el cual ya está disponible en instituciones de salud pública como el IMSS y Secretaría de Salud, para beneficiar a un mayor número de mujeres jóvenes, incluidas las adolescentes.

Conocidos como Anticonceptivos Reversibles de Acción Prolongada (ARAP), este tipo de métodos como el implante anticonceptivo subdérmico con protección hasta por 5 años, son recomendados por asociaciones gineco-obstétricas en el mundo como una opción para mujeres jóvenes y muy jóvenes, ya que por su alta tasa de efectividad y continuidad[vi] se adaptan a las necesidades de este grupo poblacional. Incluso, la Organización Mundial de la Salud[vii] destaca que estos métodos pueden emplearse en mujeres jóvenes y que aún no han tenido hijos.

El inicio de la vida sexual a edades más tempranas, la falta del uso regular de métodos anticonceptivos y las limitaciones en su acceso, incrementadas en tiempos de pandemia, colocan a estos métodos anticonceptivos de largo plazo, como la estrategia para controlar y revertir el embarazo no planificado en adolescentes, ya que además de ofrecer los índices más altos de protección, su eficacia no se ve afectada por errores en su uso, olvidos o abandono, en relación con otros métodos de uso regular para el control de la fertilidad.

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