REGIÓN

HACINAMIENTOS JUNTO AL ARROYO HONDO, IRRESPONSABILIDAD DE GOBIERNOS ZAPOPANOS.

La primera tormenta del temporal cayó y entró hasta los hogares de 94 familias en la colonia La Martinica de Zapopan. Fue el pasado 10 de junio cuando los habitantes vieron cómo la corriente entró a los rincones de sus viviendas y, una vez adentro, acabó con buena parte de su patrimonio.

Esa tarde noche de domingo, el agua encontró su camino por un canal que traza el esqueleto de una subcuenca que nace cinco kilómetro río arriba; fue tanta la fuerza del cauce que incluso 12 automóviles fueron arrastrados.

Este escurrimiento natural es la ruta del Arroyo Hondo, un afluente que nace al suroeste del Bosque del Nixticuil, cuyos brazos recorren, por un lado, colonias como Lomas de Zapopan, Altagracia y Zona Industrial, y por el otro, Real de Valdepeñas, Haciendas del Valle y fraccionamientos privados de San Isidro.

Una vez que se unen ambos brazos en el cruce de las calles Valle de San Isidro y avenida Bosque de San Isidro, corre por zonas habitacionales como San José del Bajío, Tabachines, La Martinica y la Indígena de Mezquitán, hasta desembocar en el Río San Juan de Dios, justo antes de llegar a la Barranca de Huentitán.

Este arroyo, al igual que otros presentes en los valles de Atemajac, Tesistán y Toluquilla, ha sido intervenido por la urbanización desde hace más de 30 años, sin una planeación que procure espacios de infiltración del agua. Así como ocurre en la cuenca del Río Atemajac, donde los complejos comerciales y habitacionales han incentivado la saturación de la infraestructura hidráulica, en el Arroyo Hondo su cáncer ha sido los desarrollos residenciales.

Esto lo explicó el Coordinador de la licenciatura en Geografía del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), doctor Luis Valdivia Ornelas, quien enumeró que, a lo largo de esta cuenca, las urbanizaciones “han modificado las pendientes, ha habido pérdida de elementos de retención como pequeñas presas y bordos, confinamientos del cauce y, en el mejor de los casos, entubamiento”.

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