¡HASTA QUE SE ME HIZO SANCIONARTE! SE JACTA PREPOTENTE INSPECTORA MUNICIPAL TAPATÍA.
Los excesos y abusos de autoridad en contra de los gobernados en Guadalajara, se han convertido en algo sistemático, amenazante y eficientemente recaudatorio.
En días pasados, a las afueras de un restaurante ubicado por la calle Pino Suárez (a un costado del Congreso del Estado) un hombre de la tercera edad que se estacionó para bajar a una persona con problemas en sus extremidades, mientras esperaba, fue abordado por uno de los muchos inspectores de movilidad municipal en sillas de ruedas, quien sin tregua alguna, ni disponibilidad de escuchar, arremetió en contra del ciudadano a quien le ordenó y amenazó que si no se quitaba de inmediato de ese lugar exclusivo para discapacitados iba a llamar a la grúa, en tanto que otro elemento municipal previamente tomaba imágenes para levantar un apercibimiento.
Al parecer, de esta manera sistemática operan los inspectores de las dependencias recaudadoras en el actual gobierno de Ismael del Toro Castro; y es que un día después de este caso, en la calle Pedro Moreno (a un costado del Palacio de Gobierno intervenido por obras de limpieza en la cantera) la prepotencia amenazante e intimidadora se volvió aplicar, esta ocasión con mayor desfachatez, la inspectora del municipio tapatío identificada con el nombre de Antonia Núñez Procopio, alías «la Toña» (quien se ostenta como la mandamás en la zona del centro histórico) respecto al comercio ambulante, dejando en claro su supremacía contra un comerciante.
“No sabes que ganas tenía de sancionarte, ya debes muchas cosas y tienes 24 horas para ponerte en orden”, fueron las palabras utilizadas por la empleada municipal, quien sin escuchar razones, le extendía un papel (machote firmado por otra persona) al vendedor de fruta, Sergio Huerta.
La inspectora, conocida popularmente como “la Toña”, se hizo presente de manera dirigida en contra de ese puesto en vía pública, en el momento en que trabajadores asignados a la limpieza de la fachada grafiteada en palacio de Gobierno, retiraban sus andamios, costales de escombro y otras estructuras de trabajo (ajeno al comerciante).
A la “Toña”, escrupulosamente y aplicando su amplio criterio personal, le pareció oportuno el momento para presentarle al comerciante el formato de “PROTOCOLO SANITARIO PARA PUESTOS SEMIFIJOS, EN EL MUNICIPIO DE GUADALAJARA”, y donde a su criterio, “la Toña” hizo gala de su prepotencia, argumentándole al afectado, que en su zona se hacían las cosas como ella quería y que le daba 24 horas para arreglar su situación y que le hiciera como quisiera; según el “machote” oficial denominado protocolo sanitario, es motivo sancionable, exceder las medidas contempladas en el permiso, sin embargo, el pretexto utilizado fue que en las inmediaciones era posible observar restos de residuos (resultado de la obra en la fachada del inmueble de gobierno), así trabaja el personal de este municipio, donde una vez más, queda en claro su poca sensibilidad para con los gobernados, de quienes únicamente esperan lograr exprimirles los bolsillos, así el actual gobierno municipal del “movimiento ciudadano”.