LA PROMESA QUE DISNEY NUNCA CUMPLIÓ.
Sucedió en Guadalajara, Jalisco en los años sesentas; Walter Elías Disney visitó la capital del estado a finales del mes de octubre de 1964, fue recibido por el gobernador Juan Gil Preciado, el ex presidente de México y en ese momento presidente del consejo nacional de turismo, Miguel Alemán Velasco y el presidente municipal de Guadalajara, Dionisio Montelongo.
Disney ya había visitado México en ocasiones anteriores, la primera en 1942, otra un año más tarde en 1943, como parte de una misión estratégica asignada directamente por el presidente norteamericano Franklin T. Roosevelt, nombrándole embajador de buena voluntad para América Latina y cuyo objetivo iba mucho más allá que solamente “buena voluntad” sino inhibir cualquier inquietud de apoyo político a los países del eje, eran los inicios de la segunda Guerra Mundial, completó su viaje por los países de Argentina, Brasil, Uruguay, Perú, Bolivia, Guatemala, Ecuador y Chile, a cambio de financiamiento para películas ya que su empresa pasaba problemas económicos.
Fue en la última visita a nuestro país que llegó al occidente mexicano, la capital jalisciense se le entregó por tratarse de un reconocido personaje y fue recibido en el entonces aeropuerto de las Ánimas, mientras mariachis interpretaban el tema Jalisco, canción que Walt Disney aseguraba, era su favorita.
Entre los puntos que contemplaba esta peculiar visita, se encontraba la casa hogar para niños desamparados, mejor conocida como el hospicio Cabañas. Fue allí donde cientos de infantes dieron un recibimiento impactante para Disney, comprometiéndose de inmediato y prometiéndoles hacer una película en el edificio que en la actualidad es patrimonio de la humanidad; según Disney, la historia de esa película narraría la llegada a Guadalajara de un niño que buscaba a sus papás, era acompañado por una mascota, un perrito y en una de las escenas que visualizaba, aparecía el personaje sentado en una fuente que existía frente al hospicio Cabañas y donde el pequeño era recibido para darle un techo y alimento.
La promesa de Disney fue que todas las ganancias de aquella película serían para el Hospicio Cabañas, lo cual nunca cumplió, el guión para esta producción ya se trabajaba, Walt Disney pierde la lucha contra un cáncer de pulmón y muere el 15 de diciembre de 1966.
En su memoria se colocó una placa de bronce en lo que más tarde llamarían el parque Walt Disney en Guadalajara, por la calle río Éufrates en la colonia Quinta Velarde, misma que señala la gratitud de ese personaje que tuvo la intensión de hacer algo más por aquellos niños huérfanos de esta ciudad y que el destino no le permitió.