¿POR QUÉ TANTA INFAMIA?
Por: Dr. Luis Octavio Cotero Bernal
Director del Observatorio Académico de Justicia y Seguridad Pública de la División de Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara.
No me merece otro calificativo la actitud del gobierno de este país y en particular el de nuestro estado, ya que son extraordinariamente beligerantes y dolosamente irresponsables al desatender el problema tan grave que padece la sociedad mexicana y de la que más puedo comentar, la sociedad jalisciense, que día con día padecemos de desapariciones de nuestros familiares y los homicidios de conocidos y desconocidos por todos los rincones del estado y más grave la zona metropolitana de la ciudad, sin ni siquiera advertir la más mínima atención tanto del gobierno federal como estatal de enfrentar esta problemática que de seguro es por la complicidad en la criminalidad, como dijo el gobernador del estado, desde hacía ya tiempo, próximo a cumplir un año, en que reconoció la infiltración de la delincuencia en la Fiscalía General del Estado y a la fecha no ha habido noticia alguna de que se haya escuchado o detenido aquellos delincuentes que reconoció cohabitan en la Fiscalía General del Estado, con toda impunidad e indiscutible protección del mismo estado como consecuencia de la coparticipación de las autoridades estatales.
Pareciera que tanto el presidente como el gobernador del estado padecen de una severa esquizofrenia pues su respuesta a los señalamientos de la criminalidad desatada durante esta administración que si bien es cierto, ya dejaron de inculpar a las administraciones pasadas, el presidente con su sarcasmo hiriente, inmoral, irresponsable, doloso, que lo menos que ha dicho la semana pasada, por el reclamo de los médicos del país y sus críticos al contrato de quinientos médicos cubanos, muy espontáneamente y haciendo alarde del poder que irresponsablemente detenta, públicamente los mando al carajo, término que no es idóneo para quien debería ser un estadista al representar al estado mexicano ante el contexto mundial, de lo que todos los mexicanos padecemos pena ajena por la beligerancia tan vulgar y corriente del presidente. Enrique Alfaro, no se queda atrás ante su cacicazgo desmedido ya que somete al Poder Judicial como al Congreso del Estado, en el que tenía la sociedad jalisciense toda su esperanza en esa mayoría femenina que ahora lo integra y que de seguro le van autorizar un nuevo crédito para la línea cuatro, la que está obligado a costear como lo hizo con la línea tres el gobierno federal, ahora se pretende por el gobierno, endeudar al estado por un largo tiempo sin ser su competencia pero sí el negocio que genera la construcción, hay otros temas prioritarios, más que llegar pronto y cómodo de un lugar a otro, ese teme de la seguridad, como el de la impunidad al desatender dolosamente la institución de la procuración y a administración de la justicia guardando un silencio sepulcral y sobre todo tolerancia de aquellos que sabe que están infiltrados y que responden al crimen organizado y no a la sociedad jalisciense, ya es hora de poner un hasta aquí al gobernador, pues hemos consentido de más con ese silencio irresponsable y cobarde, que la gran mayoría de los sectores han guardado durante toda la administración, que pareciera estar de plácemes frente a la desbordada criminalidad.
Es momento de manifestarnos y actuar en consecuencia exigiendo a los tres poderes del estado se declaren en la más total y absoluta incapacidad para desempeñar semejantes responsabilidades, pues el ejecutivo como ya lo dije, no obstante lo iracundo que es con el ciudadano común, a la delincuencia le voltea la cara para no ver ni oír, muy lejos de enfrentarla, la procuración de justicia, cuya encomienda por ley la tiene la Fiscalía del Estado, que en una simulada separación del ejecutivo y que el legislativo con la más ridícula actitud le tolero y consintió la designación de un nuevo Fiscal Estatal a quien le deseo la mejor de las suertes, pues esa institución en las condiciones en que se encuentra, además de estar infiltrada por elementos del crimen organizado, según lo reconoció el gobernador, tampoco el número, tanto de investigadores como de agentes del ministerio público, son los que se requieren para prestar un servicio eficiente y oportuno, pues solamente hacen como hacen, aunque todo lo cobran desde luego, sin poderlo justificar porque las maniobras en que operan para obtener los recursos, desde luego que no son visibles y esta institución en cada homicidio violento o hallazgo de fosas clandestinas solo se concretan a decir que ya se está investigando de lo que no existe resultado alguno.
Compañeros abogados el estado y la sociedad nos reclama la irresponsabilidad en la que hasta hoy hemos incurrido, es urgente dejar de lado el confort de la cobardía y enfrentemos con honor, dignidad y sabiduría esta inaudita realidad que estamos viviendo y muchos legando a nuestros sucesores por nuestra edad natural y que estamos por concluir nuestro destino en esta bendita tierra mexicana.
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