«TUFO» SE GANA EL CORAZÓN DEL PÚBLICO INFANTIL EN LA OBRA «NIÑOS DE CARTÓN»
El público infantil tapatío es considerado uno de los públicos más crítico y demandante en su entorno, cualquiera que este sea.
Además de ser directo y en ocasiones hasta cruel, por externar lo que les agrada y llega a desagradar, pero en el caso particular de una obra teatral, los retos son mucho más complicados, llamar su atención, hacer «click» con los pequeños y mantenerlos dentro de una trama y desarrollar su imaginación; resulta demandante y más para un cuadro de actores que ya no son unos niños.
En la primera función de la primer temporada de la obra infantil «Niños de Cartón» en el Teatro Experimental de Jalisco (TEJ), la respuesta del público fue excepcional, los menores acompañados de sus familiares, se involucraron en una historia, donde cualquiera de los participantes en la puesta en escena se identificaba fácilmente con alguno de los niños, dentro o fuera del teatro.
Es decir, la historia presentada en el escenario, resultó muy entendible por los asistentes al auditorio, ya que más allá de un lenguaje coloquial, el expresado corporalmente a través de las actuaciones de cada personaje, Nico, Emma, el «Moco» y el «Tufo» complementado por los juegos de sombra y luces; llevaron a la imaginación del público infantil a un recorrido por situaciones que viven otros niños, que enfrentan una realidad, que no es tan mágica como la caja de cartón que cae de un tren y llega hasta los pies de los personajes de esta obra.
La historia escrita, dirigida y actuada por René González, quien da vida a «Nico» el personaje que representa a un niño en situación de calle, quien además comparte esta experiencia con el «Moco», un chamaco como muchos, a quien en su barrio o colonia, todos le dicen así y no por su nombre, interpretado por el actor Alberto Magaña; y la niña hiperactiva, temeraria, inteligente que disfruta las aventuras con sus amiguitos, «Emma» caracterizada por la actriz, Alma Olivia Gómez.
Todos son cómplices de travesuras y además construyeron ese vínculo con los niños en la sala, pero quien sin duda, llegó hasta ese punto de comunicación fue el «narrador» y no «ladrador», el amigo imaginario de «Nico», una especie de perro «hibrido», «polimérico» o como él mismo se presentó «mi nombre es polímero hidrocarburico plástico, pero me dicen Tufo, y me gusta que me digan así, Tufo», una marioneta con mucha personalidad, interpretada y manejada por la actriz Andrea Belén Sánsa, quien a manera de testigo fiel de las aventuras de «Nico» explica al público las situaciones que el mismo personaje razona y otras que simplemente vive en su mundo.
