IMPACTO DE FACTORES MACROECONÓMICOS EN GRUPOS DE DIFERENTES INGRESOS EN MÉXICO
Por: Eduardo Gómez de la O*/ TEN/ Economía y Finanzas
En el México de 2025, la economía se asemeja a un paisaje de claroscuros, donde el crecimiento económico titubea, la inflación muerde los bolsillos y los vientos internacionales, cargados de aranceles y tensiones geopolíticas, sacuden la estabilidad. Con una población proyectada de 131.7 millones de personas, según estimaciones de la ONU y CEIC Data, los mexicanos se distribuyen en un espectro de ingresos que refleja profundas desigualdades. Los deciles de ingreso, que dividen a la población en diez segmentos del 10% cada uno, nos permiten entender cómo estas fuerzas macroeconómicas afectan a los hogares de manera distinta, desde los más vulnerables hasta los más acomodados.
Este informe narra cómo los factores internos (PIB, empleo, consumo, inversión, ahorro, inflación, tasas de interés, políticas fiscal y monetaria) y externos (exportaciones, importaciones, remesas, aranceles y geopolítica) impactan a los deciles bajos (1-3), medios (4-7) y altos (8-10), tanto a nivel nacional como en las regiones definidas por el Banco de México: Norte, Centro-Norte, Centro y Sur. A través de ejemplos de hogares reales, ilustramos cómo estas fuerzas económicas moldean la vida cotidiana, desde la lucha por la subsistencia hasta la estabilidad relativa. Concluimos con medidas detalladas que el gobierno podría implementar para aliviar las presiones y fomentar un futuro más equitativo.
La situación nacional: un país de contrastes
En 2025, México enfrenta un crecimiento económico modesto, con un PIB que creció un 0.8% en el segundo trimestre, según proyecciones basadas en datos del INEGI y el Banco de México. El sector primario brilla con un crecimiento del 6.7%, impulsado por la agricultura, mientras que los servicios avanzan lentamente (2.14% en 2024). Sin embargo, las manufacturas, un pilar clave, se contraen un -1.4%, afectadas por aranceles de EE.UU. y una menor demanda externa.
La inflación, situada en 4.3% en junio, encarece los alimentos y el transporte, golpeando a los hogares más pobres. La política fiscal, con un déficit proyectado por debajo del 3% del PIB, implica recortes en el gasto público, incluyendo transferencias sociales, mientras que la política monetaria restrictiva mantiene tasas de interés altas para controlar la inflación, limitando el acceso al crédito.
Las remesas, que alcanzaron niveles récord en 2024, son un salvavidas para muchos, pero los aranceles de EE.UU. y la incertidumbre en la revisión del T-MEC generan nubes en el horizonte comercial.
La población de 131.7 millones se distribuye en tres grandes grupos de deciles, según datos de la ENIGH 2022 ajustados a 2025:
Deciles 1-3 (bajos): 39.51 millones (30%), con ingresos trimestrales de $14,135 a $24,000, dependen en gran medida de transferencias (17.2%) y trabajos informales.
Deciles 4-7 (medios): 52.68 millones (40%), con ingresos de $30,000 a $65,000, trabajan en manufacturas, comercio y servicios, pero enfrentan inestabilidad laboral.
Deciles 8-10 (altos): 39.51 millones (30%), con ingresos de $78,000 a $208,350, se benefician de empleos formales en servicios y diversificación de ingresos.
Impacto macroeconómico a nivel nacional
Deciles 1-3: La lucha diaria por la subsistencia
Para los 39.51 millones de mexicanos en los deciles más bajos, la vida económica es una cuerda floja. La inflación del 4.3% encarece los alimentos, que representan el 37.7% de su gasto ($15,059 trimestrales, según ENIGH 2022). Las transferencias, que constituyen el 17.2% de sus ingresos ($10,928), están en riesgo por la consolidación fiscal, lo que amenaza su capacidad de cubrir necesidades básicas.
Las remesas, especialmente en áreas rurales, permiten a estos hogares mantener un consumo mínimo. Sin embargo, el acceso limitado al crédito, debido a tasas de interés altas, y la alta informalidad en el empleo (salario promedio de $6,500 mensuales) restringen sus oportunidades. El crecimiento en el sector primario (6.7%) beneficia a algunos hogares rurales, pero no compensa los efectos de la inflación y la reducción de apoyos gubernamentales.
En un pueblo de Chiapas, la familia de Juan y María sobrevive con un ingreso trimestral de $14,135. Juan trabaja en la agricultura, pero el aumento en los precios de los alimentos (45% de su gasto) los obliga a reducir comidas. Las remesas de su hija en EE.UU. les permiten comprar medicinas, pero la posible reducción de transferencias sociales amenaza la educación de sus hijos.
Deciles 4-7: La clase media bajo presión
Los 52.68 millones de mexicanos en los deciles medios, la columna vertebral de la economía, enfrentan un panorama de retos crecientes. La contracción en manufacturas (-1.4%) pone en riesgo los empleos en sectores como el automotriz, especialmente en regiones industriales. La inflación afecta su consumo, con un gasto significativo en transporte (19.3%, $7,714) y alimentos (37.7%), reduciendo su capacidad para bienes no esenciales. Las tasas de interés altas encarecen el crédito, limitando la inversión en pequeños negocios y el consumo discrecional. Las remesas ayudan a algunos hogares, pero su impacto es menor que en los deciles bajos. La consolidación fiscal reduce el gasto público, afectando servicios y empleos indirectos.
En Monterrey, Nuevo León, la familia de Carlos y Ana vive con un ingreso trimestral de $40,000. Carlos trabaja en una maquiladora, pero la amenaza de despidos por aranceles los mantiene en vilo. Ana vende comida en el mercado local, pero la inflación reduce sus ganancias, forzándolos a posponer la compra de un coche nuevo.
Deciles 8-10: Resiliencia en la cima
Los 39.51 millones en los deciles altos navegan el entorno económico con mayor estabilidad. El crecimiento en servicios (2.14% en 2024) beneficia a estos hogares, que ocupan empleos formales en finanzas, tecnología y comercio. Su gasto, que incluye rubros discrecionales como educación (9.8%, $3,921), es menos vulnerable a la inflación. Sin embargo, la incertidumbre por aranceles y reformas jurídicas reduce su disposición a invertir, afectando el crecimiento de sus negocios. Las tasas altas y la depreciación del peso limitan el ahorro, pero su capacidad financiera mitiga estos efectos.
En la Ciudad de México, la familia de Luis y Sofía disfruta de un ingreso trimestral de $100,000. Luis es un profesional en finanzas, y Sofía trabaja en una empresa tecnológica. Pueden pagar la educación privada de sus hijos, pero la incertidumbre comercial los hace dudar sobre invertir en una nueva propiedad.
Población afectada a nivel nacional
El 70% de la población (92.19 millones, deciles 1-7) enfrenta impactos desfavorables predominantes, con la inflación, los aranceles y la consolidación fiscal como principales amenazas. El 30% restante (39.51 millones, deciles 8-10) muestra resiliencia, beneficiándose de sectores estables, pero enfrenta riesgos leves por incertidumbre comercial. Las remesas benefician al 70% (deciles 1-7), y el crecimiento agrícola al 30% (deciles 1-3), pero estos factores no contrarrestan los efectos negativos generales.
Análisis por región: Un mosaico de realidades
El Banco de México divide al país en cuatro regiones: Norte, Centro-Norte, Centro y Sur, cada una con características económicas únicas. Con una población proyectada de 131.7 millones en 2025, las regiones se distribuyen aproximadamente así: Norte (22.9 millones, 17.4%), Centro-Norte (12.1 millones, 9.2%), Centro (66.2 millones, 50.3%) y Sur (30.4 millones, 23.1%).
A continuación, exploramos cómo los factores macroeconómicos afectan a los deciles en cada región, con ejemplos de hogares que ilustran los impactos.
Región Norte: La frontera bajo presión
Estados: Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas.
Población: 22.9 millones (17.4% del total).
Características económicas: Alta dependencia de manufacturas (maquiladoras), exportaciones a EE.UU. (80% del total) y agricultura en Sonora. Ingresos altos (ej., Baja California Sur: $91,417; Nuevo León: $86,018). Gasto promedio de $45,000-$50,313, con 37-38% en alimentos y 19-23% en transporte.
Impacto por deciles:
Deciles 1-3 (6.87 millones): La inflación del 4.3% encarece los alimentos (37.7% del gasto, $15,059), y la consolidación fiscal amenaza las transferencias (17.2% del ingreso). El crecimiento del sector primario (6.7%) beneficia a hogares rurales, y las remesas, especialmente en Tamaulipas, son un alivio. Sin embargo, la alta informalidad y el acceso limitado al crédito restringen su movilidad económica.
En una comunidad rural de Sonora, la familia de Pedro y Rosa depende de la agricultura y las remesas de su hijo en EE.UU. Pedro cultiva maíz, pero los precios de los fertilizantes han subido, y la inflación reduce su capacidad para comprar alimentos. Las remesas les permiten pagar la escuela de sus hijos, pero la posible reducción de transferencias sociales amenaza su acceso a medicinas.
Deciles 4-7 (9.16 millones): La contracción en manufacturas (-1.4%) y los aranceles de EE.UU. amenazan los empleos en maquiladoras. La inflación reduce el poder adquisitivo, afectando el gasto en transporte (19-23%, $8,000-$11,952). Las tasas de interés altas encarecen el crédito, limitando pequeños negocios.
En Tijuana, Baja California, la familia de Miguel y Laura vive con un ingreso trimestral de $40,000. Miguel trabaja en una maquiladora, pero los rumores de despidos por aranceles lo preocupan. Laura vende ropa en un mercado, pero la inflación reduce sus ganancias, forzándolos a posponer la compra de electrodomésticos.
Deciles 8-10 (6.87 millones): El crecimiento en servicios (2.14% en 2024) beneficia a estos hogares, con empleos formales en finanzas y tecnología. Su gasto diversificado (11-12% en educación, $5,712-$6,504) los protege de la inflación. Sin embargo, la incertidumbre por aranceles y reformas jurídicas reduce su disposición a invertir.
En Monterrey, Nuevo León, la familia de Diego y Daniela disfruta de un ingreso trimestral de $100,000. Diego es gerente en una empresa automotriz, y Daniela trabaja en marketing. Pueden pagar la educación privada de sus hijos, pero la incertidumbre comercial los hace dudar sobre invertir en una nueva sucursal de su negocio.
Población afectada: El 70% (16.03 millones, deciles 1-7) enfrenta impactos desfavorables, mientras que el 30% (6.87 millones, deciles 8-10) experimenta impactos neutros.
Región Centro-Norte: Entre la agricultura y la incertidumbre
Estados: Baja California Sur, Sinaloa, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí, Aguascalientes.
Población: 12.1 millones (9.2% del total).
Características económicas: Agricultura, minería y manufacturas moderadas. Ingresos medios (ej., Zacatecas: $50,136; Aguascalientes: $78,288). Gasto promedio de $34,863-$44,694, con 38-40% en alimentos.
Impacto por deciles:
Deciles 1-3 (3.63 millones): El crecimiento del sector primario (6.7%) beneficia a hogares rurales, y las remesas, especialmente en Zacatecas, son cruciales. Sin embargo, la inflación del 4.3% encarece los alimentos (38-40%, $13,081-$17,424), y la consolidación fiscal reduce las transferencias.
En Zacatecas, la familia de José y Elena vive en una comunidad minera. José cultiva frijol, pero los costos de insumos han subido. Las remesas de su sobrino en EE.UU. les permiten comprar alimentos, pero la posible reducción de transferencias sociales amenaza la atención médica de sus hijos.
Deciles 4-7 (4.84 millones): La contracción en manufacturas (-1.4%) reduce oportunidades laborales en minería y textiles. La inflación limita el consumo en transporte (20%) y bienes no esenciales. Las tasas altas encarecen el crédito, afectando pequeños negocios.
En Aguascalientes, la familia de Luis y Carmen depende de los salarios de una fábrica textil. Luis teme perder su empleo por la desaceleración económica. Carmen vende comida en un mercado, pero la inflación reduce sus ganancias, forzándolos a posponer la renovación de su hogar.
Deciles 8-10 (3.63 millones): La estabilidad en minería y turismo beneficia a estos hogares. Su gasto diversificado los protege de la inflación, pero la incertidumbre geopolítica reduce la inversión en sectores clave.
Ejemplo: En Baja California Sur, la familia de Ricardo y Patricia disfruta de un ingreso alto gracias al turismo. Ricardo es dueño de un hotel, y Patricia trabaja en un restaurante. Pueden pagar la educación de sus hijos, pero la incertidumbre por menos turistas los hace dudar sobre expandir su negocio.
Población afectada: El 70% (8.47 millones, deciles 1-7) enfrenta impactos desfavorables, mientras que el 30% (3.63 millones, deciles 8-10) experimenta impactos neutros.
Región Centro: El corazón económico bajo tensión
Estados: Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, Estado de México, Ciudad de México, Morelos, Tlaxcala, Puebla.
Población: 66.2 millones (50.3% del total).
Características económicas: Servicios, finanzas, gobierno (Ciudad de México), manufacturas (Puebla, Guanajuato). Ingresos altos (ej., Ciudad de México: $89,310). Gasto promedio de $40,136-$58,898, con 31-38% en alimentos y 11-12% en educación.
Deciles 1-3 (19.86 millones): La inflación del 4.3% encarece los alimentos (37.9%, $15,146-$22,327), y la consolidación fiscal amenaza las transferencias, vitales para su subsistencia. La alta informalidad limita sus ingresos, y el acceso al crédito es casi nulo.
En un barrio marginal de Ciudad de México, la familia de Ana y Carlos sobrevive con un ingreso trimestral de $14,135. Ana trabaja como doméstica, y Carlos es vendedor ambulante. La inflación los obliga a reducir gastos en alimentos, y la posible reducción de transferencias sociales amenaza la educación de sus hijos.
Deciles 4-7 (26.48 millones): La contracción en manufacturas (-1.4%) y los aranceles afectan los empleos en el sector automotriz. La inflación reduce el consumo en transporte (19-23%) y vivienda. Las tasas altas limitan el crédito, y la consolidación fiscal reduce el apoyo público.
En Guadalajara, Jalisco, la familia de Pablo y Rosa vive con un ingreso trimestral de $40,000. Pablo trabaja en una fábrica automotriz, pero teme despidos. Rosa es maestra, pero su salario no cubre el aumento en los costos de transporte, forzándolos a posponer la compra de un coche.
Deciles 8-10 (19.86 millones): El crecimiento en servicios y finanzas beneficia a estos hogares. Su gasto diversificado (11-12% en educación) los protege de la inflación, y sus ingresos altos ($89,310 en Ciudad de México) aseguran estabilidad. Sin embargo, la incertidumbre jurídica y comercial reduce la inversión.
En Querétaro, la familia de Andrés y Laura disfruta de un ingreso alto gracias a sus empleos en tecnología. Andrés es ingeniero, y Laura trabaja en marketing. Pueden pagar la educación privada de sus hijos, pero la incertidumbre comercial los hace dudar sobre invertir en una nueva propiedad.
Población afectada: El 70% (46.34 millones, deciles 1-7) enfrenta impactos desfavorables, mientras que el 30% (19.86 millones, deciles 8-10) experimenta impactos neutros.
Región Sur: La lucha contra la pobreza estructural
Estados: Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo.
Población: 30.4 millones (23.1% del total).
Características económicas: Agricultura, petróleo (Veracruz, Tabasco), turismo (Yucatán, Quintana Roo), alta pobreza. Ingresos bajos (ej., Chiapas: $39,845). Gasto promedio de $25,943-$30,521, con 43-45% en alimentos.
Impacto por deciles:
Deciles 1-3 (9.12 millones): La inflación del 4.3% encarece los alimentos (43-45%, $11,582-$12,899), y la consolidación fiscal reduce las transferencias (20-22% del ingreso). El crecimiento del sector primario (6.7%) y las remesas, especialmente en Oaxaca, ofrecen alivio, pero la informalidad y la falta de crédito limitan su progreso.
En una comunidad indígena de Oaxaca, la familia de María y Juan vive con un ingreso trimestral de $14,135. Juan es agricultor, y María teje artesanías. La inflación los obliga a reducir comidas, pero las remesas de su hija en EE.UU. les permiten comprar medicinas. La posible reducción de transferencias amenaza la escuela de sus hijos.
Deciles 4-7 (12.16 millones): La incertidumbre en el sector petrolero y turístico limita los empleos. La inflación reduce el consumo, y las tasas altas encarecen el crédito. Las remesas ayudan, pero no compensan los retos estructurales.
En Veracruz, la familia de Carlos y Ana depende de los salarios de una empresa petrolera. Carlos teme perder su empleo por la incertidumbre en el sector. Ana vende comida, pero la inflación reduce sus ganancias, forzándolos a posponer la renovación de su hogar.
Deciles 8-10 (9.12 millones): La estabilidad en el turismo y el petróleo beneficia a estos hogares. Su gasto diversificado los protege de la inflación, pero la incertidumbre geopolítica reduce la inversión.
En Cancún, Quintana Roo, la familia de Luis y Sofía disfruta de un ingreso alto gracias al turismo. Luis es gerente de un hotel, y Sofía trabaja en un restaurante. Pueden pagar la educación de sus hijos, pero la incertidumbre por menos turistas los hace dudar sobre expandir su negocio.
Población afectada: El 70% (21.28 millones, deciles 1-7) enfrenta impactos desfavorables, mientras que el 30% (9.12 millones, deciles 8-10) experimenta impactos neutros.
Conclusiones y medidas gubernamentales
En el México de 2025, la economía enfrenta un entorno complejo: un crecimiento del PIB de 0.8% en el segundo trimestre, impulsado por el sector primario (6.7%) y servicios (2.14% en 2024), pero limitado por una contracción en manufacturas (-1.4%). La inflación del 4.3% encarece los bienes esenciales, mientras que los aranceles de EE.UU. y la incertidumbre geopolítica, especialmente en torno al T-MEC, presionan las exportaciones. La política fiscal, con un déficit proyectado por debajo del 3% del PIB, reduce el gasto público, incluyendo transferencias sociales, y la política monetaria restrictiva mantiene tasas de interés altas, limitando el acceso al crédito. Sin embargo, las remesas, que alcanzaron niveles récord en 2024, y el crecimiento agrícola ofrecen alivio parcial, especialmente para los deciles bajos y medios.
Con una población proyectada de 131.7 millones, según estimaciones de la ONU y CEIC Data, los mexicanos se distribuyen en tres grandes grupos de deciles de ingreso, según datos de la ENIGH 2022 ajustados a 2025:
Deciles 1-3 (bajos): 39.51 millones (30%), con ingresos trimestrales de $14,135 a $24,000, dependen de transferencias (17.2%) y trabajos informales.
Deciles 4-7 (medios): 52.68 millones (40%), con ingresos de $30,000 a $65,000, trabajan en manufacturas, comercio y servicios, pero enfrentan inestabilidad laboral.
Deciles 8-10 (altos): 39.51 millones (30%), con ingresos de $78,000 a $208,350, se benefician de empleos formales en servicios y diversificación de ingresos.
El 70% de la población (92.19 millones, deciles 1-7) enfrenta impactos macroeconómicos desfavorables, principalmente por la inflación, los aranceles y la consolidación fiscal, mientras que el 30% (39.51 millones, deciles 8-10) muestra resiliencia, beneficiándose de sectores estables como servicios. A continuación, presentamos recomendaciones específicas para cada grupo de deciles, diseñadas para mitigar los impactos negativos, aprovechar las oportunidades económicas y reducir la desigualdad estructural (Gini de 0.398 en 2022). Estas medidas se basan en las características de cada grupo, integrando ejemplos de hogares para ilustrar los beneficios esperados, y consideran la viabilidad, el impacto, los desafíos y las sinergias con otras políticas.
Recomendaciones para los deciles de ingreso en México, 2025: Una narrativa de esperanza y acción
Deciles 1-3: La lucha diaria por un mañana mejor
En los rincones más humildes de México, 39.51 millones de personas en los deciles 1-3 despiertan cada día enfrentando una batalla silenciosa por la subsistencia. Con ingresos trimestrales que oscilan entre $14,135 y $24,000, según la ENIGH 2022 ajustada a 2025, sus vidas giran en torno a cubrir lo esencial: los alimentos, que consumen el 37.7% de su gasto ($15,059 trimestrales), son cada vez más caros por la inflación del 4.3%. Las transferencias sociales, que representan el 17.2% de sus ingresos ($10,928), son un pilar vital, pero la consolidación fiscal amenaza con debilitarlo. Las remesas, un flujo constante desde el exterior, y el crecimiento del sector primario (6.7%) ofrecen un respiro, pero la alta informalidad (salario promedio de $6,500 mensuales) y el acceso limitado al crédito los atan a un presente precario. Imagina a Juan y María, una pareja en un pueblo de Chiapas, cuya vida refleja esta realidad. Con un ingreso trimestral de $14,135, Juan trabaja la tierra, cultivando maíz bajo un sol abrasador, mientras María teje artesanías que apenas alcanzan para complementar el hogar. La inflación ha disparado los precios de los alimentos, que consumen el 45% de su gasto, obligándolos a reducir comidas. Las remesas que envía su hija desde EE.UU. son un salvavidas para comprar medicinas, pero la sombra de recortes en programas sociales pone en riesgo la educación de sus hijos. Para familias como la de Juan y María, las siguientes medidas buscan encender una chispa de esperanza:
Fortalecer las transferencias sociales: Un ancla en la tormenta
En un país donde el presupuesto se tensa, aumentar las transferencias sociales como la Pensión para el Bienestar y Jóvenes Construyendo el Futuro, priorizando áreas rurales y urbanas marginales, es un faro de estabilidad. Proteger estos programas con un presupuesto blindado garantizaría que no sucumban a los recortes fiscales. México ya cuenta con una red sólida de programas sociales, y reasignar el 1% del gasto público ($70,000 millones) podría incrementar las transferencias en un 10%. Esto estabilizaría el consumo de 39.51 millones, aumentando el gasto en alimentos y salud (5.5%, $2,196). Para Juan y María, un aumento de $1,000 trimestrales significaría mantener a sus hijos en la escuela y cubrir consultas médicas. Sin embargo, la consolidación fiscal limita los recursos, y la corrupción podría desviar fondos, por lo que se necesita monitoreo estricto y pagos digitalizados. Combinar estas transferencias con programas de inclusión financiera podría ayudarles a ahorrar y reducir su dependencia a largo plazo.
Cooperativas agrícolas: Sembrando oportunidades
En los campos de Chiapas, el crecimiento del sector primario (6.7%) es una semilla de oportunidad. Crear cooperativas agrícolas daría a familias como la de Juan y María acceso a insumos más baratos, mercados estables y tecnología. México tiene experiencia en cooperativas, como los ejidos modernizados, y una inversión inicial de $10,000 millones en infraestructura y capacitación es factible. Esto podría aumentar los ingresos agrícolas de 10-15 millones de hogares rurales en un 10-15% ($1,400-$2,100 trimestrales), reduciendo la inseguridad alimentaria y la dependencia de remesas. Para Juan y María, significaría vender su maíz a mejor precio y diversificar cultivos. La fragmentación de tierras y los costos de insumos, elevados por la inflación, son desafíos, pero vincular estas cooperativas con capacitación agrícola y acceso a mercados internacionales maximizaría su impacto.
Capacitación agrícola: Cultivando el futuro
Imagina a Juan aprendiendo técnicas de agricultura de precisión, regando sus cultivos con métodos que ahorran agua y aumentan la cosecha. Implementar programas de formación en técnicas sostenibles, requiere una inversión de $5,000 millones. Esto beneficiaría a 10-15 millones de hogares, aumentando sus ingresos en un 5-10% ($700-$1,400 trimestrales). Para Juan y María, significaría cultivos más resistentes y mayor seguridad alimentaria. La dispersión rural y la falta de acceso a tecnología son obstáculos, pero combinar esta medida con cooperativas y subsidios para insumos agrícolas podría transformar sus tierras en un motor de progreso.
Programas de apoyo alimentario: Un plato en la mesa
En comunidades donde el hambre acecha, los comedores comunitarios y subsidios alimentarios pueden ser un refugio. Escalar estos programas, con una inversión de $8,000 millones, mitigarían el impacto de la inflación en el gasto en alimentos (37.7%). Esto reduciría la inseguridad alimentaria para 39.51 millones, permitiendo a familias como la de Juan y María acceder a comidas nutritivas y liberar recursos para educación y salud. La logística en áreas rurales es compleja, pero la coordinación con programas de salud y transferencias sociales garantizaría un impacto integral.
Inclusión financiera: Construyendo un futuro sólido
Imagina a María abriendo una cuenta bancaria de bajo costo, aprendiendo a ahorrar parte de las remesas para emergencias. Programas de inclusión financiera, con $3,000 millones, podrían beneficiar a 39.51 millones, permitiendo ahorrar $2,000-$3,000 trimestrales. Para Juan y María, esto abriría la puerta a micro inversiones, como comprar herramientas agrícolas. La baja penetración bancaria en áreas rurales y la falta de educación financiera son barreras, pero campañas masivas y microcréditos podrían fomentar el emprendimiento.
Deciles 4-7: La clase media en la cuerda floja
En el corazón de la economía mexicana, 52.68 millones de personas en los deciles 4-7 sostienen el país con su trabajo en manufacturas, comercio y servicios. Con ingresos trimestrales de $30,000 a $65,000, enfrentan inestabilidad por la contracción en manufacturas (-1.4%) y los aranceles de EE.UU. La inflación del 4.3% limita su consumo en transporte (19.3%, $7,714) y alimentos (37.7%), mientras que las tasas de interés altas encarecen el crédito, frenando sus sueños de emprender. La familia de Carlos y Ana en Monterrey, con un ingreso trimestral de $40,000, vive esta realidad. Carlos trabaja en una maquiladora, pero teme despidos por los aranceles. Ana vende comida en un mercado, pero la inflación reduce sus ganancias, forzándolos a posponer la compra de un coche. Para ellos, las siguientes medidas buscan estabilidad y oportunidades:
Incentivar la inversión en manufacturas: Protegiendo el sustento
En las fábricas de Monterrey, la amenaza de despidos pesa como una nube oscura. Ofrecer subsidios fiscales y asociaciones público-privadas en sectores como el automotriz y textil, con $15,000 millones, protegería empleos en regiones industriales. Esto estabilizaría los ingresos de 20-25 millones, permitiendo a Carlos y Ana mantener su consumo y comprar ese coche. La dependencia de exportaciones a EE.UU. (80%) y los aranceles son riesgos, pero negociaciones comerciales y programas de capacitación técnica podrían fortalecer la industria.
Acceso al crédito: Un impulso para soñar
Imagina a Ana expandiendo su puesto de comida con un pequeño préstamo. Programas de microcréditos con tasas preferenciales, con $10,000 millones, podrían aumentar los ingresos de 52.68 millones en $2,000-$4,000 trimestrales. Para Carlos y Ana, significaría renovar su hogar o invertir en su negocio. Las tasas altas y la informalidad son desafíos, pero simplificar requisitos y ofrecer capacitación empresarial maximizaría el impacto.
Promover empleos formales: Un futuro con seguridad
La formalización es un puente hacia la estabilidad. Incentivos fiscales de $12,000 millones a empresas que formalicen trabajadores reducirían la informalidad (56% en 2022) para 20-25 millones, ofreciendo a Carlos y Ana prestaciones como seguro médico. La resistencia de las empresas y los costos asociados son obstáculos, pero inspecciones laborales y programas de seguridad social garantizarían resultados.
Capacitación laboral y tecnológica: Escalando hacia el futuro
Imagina a Carlos aprendiendo a operar maquinaria avanzada o a Ana manejando una tienda en línea. Programas de capacitación en habilidades técnicas y digitales, con $8,000 millones, mejorarían los ingresos de 52.68 millones en un 5-10% ($2,000-$4,000 trimestrales). Para Carlos y Ana, significaría empleos mejor remunerados. La falta de infraestructura educativa rural es una barrera, pero combinar con incentivos empresariales y programas de inclusión digital sería clave.
Diversificación económica: Nuevos horizontes
En un mundo donde las exportaciones manufactureras tambalean, fomentar industrias como la tecnología y los servicios verdes, con $20,000 millones, crearía empleos para 15-20 millones. Para Carlos y Ana, podría significar un trabajo en un sector emergente. La competencia con regiones como el Centro y la falta de capital humano calificado son desafíos, pero incentivos fiscales y programas de innovación tecnológica abrirían nuevas puertas.
Deciles 8-10: Resiliencia con visión de futuro
En las oficinas y empresas de la Ciudad de México, 39.51 millones de personas en los deciles 8-10 enfrentan el 2025 con mayor estabilidad. Con ingresos de $78,000 a $208,350, se benefician del crecimiento en servicios (2.14% en 2024). Su gasto diversificado, con 11-12% en educación ($5,712-$6,504), los protege de la inflación, pero la incertidumbre por aranceles y reformas jurídicas frena sus inversiones. Luis y Sofía, con un ingreso trimestral de $100,000, representan este grupo. Luis es gerente en finanzas, y Sofía trabaja en tecnología. Pueden pagar la educación privada de sus hijos, pero dudan sobre invertir en una nueva propiedad. Para ellos, las siguientes medidas buscan fomentar su potencial:
Estabilidad jurídica: Un cimiento para la confianza
En un entorno de incertidumbre, garantizar un marco legal predecible en sectores como finanzas y tecnología es crucial. Con acción legislativa coordinada, esta medida estimularía la inversión de 39.51 millones, dando a Luis y Sofía confianza para expandir sus negocios. La percepción de inestabilidad política es una barrera, pero el diálogo con el sector privado y campañas de confianza inversionista fortalecerían el impacto.
Incentivos fiscales para sectores estratégicos: Sembrando crecimiento
Imagina a Luis invirtiendo en una startup tecnológica. Exenciones fiscales de $10,000 millones para proyectos de innovación, energías renovables y servicios financieros impulsarían el crecimiento, beneficiando a 39.51 millones. Para Luis y Sofía, significaría abrir una nueva sucursal. La consolidación fiscal limita los recursos, pero priorizar sectores estratégicos y vincular con estabilidad jurídica maximizaría resultados.
Innovación tecnológica: Forjando el futuro
En las ciudades, los hubs tecnológicos pueden ser un motor de progreso. Con $15,000 millones en infraestructura y capital semilla, se crearían empleos de alto valor para 10-15 millones. Para Luis y Sofía, significaría nuevas oportunidades de negocio. La falta de capital humano calificado es un desafío, pero combinar con capacitación tecnológica y acceso a mercados internacionales sería clave.
Inversión en sostenibilidad: Un compromiso con el planeta
Imagina a Sofía financiando un proyecto de energía solar. Incentivos de $12,000 millones para proyectos de energías renovables y economía circular generarían empleos indirectos y beneficios ambientales para 39.51 millones. Para Luis y Sofía, abriría oportunidades de inversión sostenible. La incertidumbre regulatoria es una barrera, pero políticas claras y capacitación en sostenibilidad garantizarían el éxito.
Comercio internacional: Abriendo puertas al mundo
Negociar acuerdos comerciales para reducir aranceles, con un enfoque en EE.UU., aumentaría la competitividad de las exportaciones, beneficiando a 39.51 millones. Para Luis y Sofía, significaría estabilidad para sus inversiones. La incertidumbre geopolítica es un riesgo, pero la diplomacia económica, combinada con incentivos fiscales y estabilidad jurídica, fortalecería el impacto.
Conclusión
En el México de 2025, las familias de los deciles 1-3, como Juan y María, necesitan transferencias, cooperativas y capacitación para superar la pobreza. Los deciles 4-7, como Carlos y Ana, requieren empleos estables y acceso al crédito para sostener la clase media. Los deciles 8-10, como Luis y Sofía, buscan estabilidad jurídica y oportunidades de inversión para impulsar el crecimiento. Con una inversión estimada de $93,000 millones, estas medidas podrían reducir la desigualdad (Gini de 0.398) y estabilizar el consumo de 92.19 millones de mexicanos, tejiendo un futuro donde cada hogar tenga una oportunidad para prosperar.
*Presidente de la Asociación Mexicana de Gasto Público AC