¿INEPTITUD O INDIFERENCIA?
Por: Dr. Luis Octavio Cotero Bernal
Director del Observatorio Académico de Justicia y Seguridad Pública de la División de Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara.
La semana pasada el gobernador del estado de Jalisco, avalado por el titular de la Fiscalía Estatal, dirigiéndose a todos los jaliscienses, informaba que el homicidio del ex gobernador, Jorge Aristóteles Sandoval, perpetrado el dieciocho de diciembre del año pasado, había quedado ya esclarecido, sin detenciones ni causas del homicidio, pero el Fiscal de Jalisco insiste también que, el asesinato del que fuera ex gobernador, está resuelto.
Son diversos los abogados que viven del erario público estatal, formando parte del gabinete del titular del ejecutivo, de quienes me atrevo a afirmar son conocedores de la ley, particularmente cuando se trata del actual Secretario General de Gobierno, cargo que ocupa el abogado, Enrique Ibarra Pedroza, quien el sábado pasado, acudió a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Al interior de la Feria Internacional del Libro, fue parte además, de la presentación de un libro en materia de derecho constitucional, cuyo autor es un conocedor de la materia.
Es posible justificar la ignorancia del titular del ejecutivo, respecto a las leyes y su alcance, dado que el derecho, no es la ciencia de su profesión; sin embargo, sus colaboradores cercanos sí son conocedores del derecho.
El gobernador es muy dado a expresar barbaridades jurídicas, pero cuando se da a la tarea de informar a la ciudadanía que, el homicidio del ex gobernador está ya esclarecido, a través de una mera declaración informativa, conlleva una falta de respeto, no sólo para todas aquellas personas que somos padres o familiares de una persona desaparecida, sino que además, es un trato ofensivo para toda ciudadano pensante, pues interesante resulta saber si, una mayoría de la sociedad, realmente le cree el sentido de su expresión, a través de la cual dice que, la Fiscalía concluyó ya la investigación penal radicada con motivo del asesinato del ex gobernador, Jorge Aristóteles Sandoval.
Si bien es cierto que, legalmente y suponiendo sin conceder que, la Fiscalía tiene ya todos los datos de prueba, a través de los cuales acredita, todas las circunstancias de modo, tiempo y lugar en las que se cometió el homicidio del ex gobernador, ello no trae aparejado que, se puede dar por cierta tal afirmación, en principio, porque no es facultad de la Fiscalía, dado que solamente un juez de control en las condiciones pertinentes, puede declarar con las pruebas integradas al juicio que, dicho delito fue cometido por determinadas personas, el grado de su participación y las circunstancias jurídicas necesarias para entonces, a través de una sentencia, imponerles pena de prisión.
Cierto es que todos los ciudadanos debemos guardar el debido respeto a las autoridades, pero no menos cierto es que, de la misma manera y no por mera reciprocidad, sino porque es su deber, las autoridades deben brindarnos un trato digno y respetuoso a todos los ciudadanos.
Un ejemplo mediante el cual vienen a escena la indiferencia y la ineptitud de las autoridades, es el que preside el Fiscal Anticorrupción, respecto al almacenamiento de unos cadáveres y su contexto, temática que fue utilizada indebidamente por dicho fiscal para formularme una imputación por demás arbitraria y carente de toda ética. Imputación que al día de hoy, sigo soportando dentro de los cánones que la ley me permite. Un escenario jurídico en el que, desde el Fiscal Anticorrupción con sus testaferros fiscales, hasta el juez de control a quien le correspondió presidir la audiencia inicial, éste último sometido por los consejeros de la caricatura, se dio a la tarea de emitir resoluciones antijurídicas, dejando de lado su dignidad personal, su ética profesional y la honorabilidad de la institución de la justicia, exhibiendo a todas luces que, de juez sólo tiene el nombramiento y la vestimenta.
La ineptitud del gobierno actual, ha quedado de manifiesto en temas como la salud, la seguridad pública, el combate a la delincuencia, la economía, la impartición y la administración de justicia, etc. etc. pero el problema se agrava severamente, cuando las autoridades se tornan indiferentes a nuestra realidad social, a pesar de que, somos parte de un estado en el que imperan profundas desigualdades.
