AGUA
Los días de semana santa no fueron benévolos en materia del servicio de agua potable en la ciudad de Guadalajara y su zona metropolitana.
Los días vacacionales que algunos aprovechan para salir a los destinos de playa son aprovechados para reparaciones que implican el cerrar la llave para muchas de las colonias.
En ciudades del interior como Puerto Vallarta al servicio también lo han marcado las irregularidades del servicio, entre otras razones por el extensivo crecimiento de nuevas unidades habitacionales y fraccionamientos.
El servicio de agua potable también es un problema para la zona metropolitana de la ciudad de Monterrey y para ciudades fronterizas como Tijuana.
La sed de las plantas, de las aves silvestres, las sed de los perros callejeros y gatos, son manifestaciones.
La problemática del estrés hídrico se extiende como realidad en distintos puntos geográficos y se manifiesta con escasez y consecuentemente baja calidad de vida para las personas.
En esta primavera, rica en algunos frutos silvestres y cultivados, rica en paisajes de pastizales secos y hojarasca viajera.
Primavera rica en política nacional, en decisiones trascendentales, como los eventos de votación sobre la revocación del mandato del presidente de la República y la votación inverosímil en la Cámara de diputados sobre la reforma eléctrica; la jugada maestra de la ley minera y el Litio.
A la escena primaveral se suma el estiaje cíclico que provoca la sed de bosques y tierras, provoca el estrés hídrico de los habitantes de las ciudades, mueve y reajusta las actividades agrícolas y ganaderas, la vida de la flora y la fauna silvestre y doméstica.
La energía y la sed espiritual satisfecha simbólicamente en estos días con algunas gotas de agua bendita en los templos y peregrinaciones tendrá que ahora orientarse a la satisfacción de la sed material y construcción de alternativas para resolver y sobrellevar la escasez de agua en hogares y espacios públicos.
La escasez de agua y la amenaza de sequía en algunos lugares es también una oportunidad para hacer evaluación institucional y contraloría social sobre la prestación “pública” de los servicios, sobre todo para aquellos gobiernos de cortina de humo de planeación estratégica y de tentación de modelos administrativos de iniciativa privada, con lógica de lucro y no de bien público.
El reto de la escasez de agua es grande, tanto para la gestión estratégica federal como para los gobiernos estatales, o para los consejos municipales que administran el agua como es el caso del SIAPA de la Zona Metropolitana de Guadalajara.
El ciudadano demandante, el ciudadano negocio no sólo electoral.
Hay una asignatura pendiente en materia de rendición de cuentas, urgente necesidad de transparentar la captación de recursos económicos porque no hay gratuidad del agua para nadie y la alternancia política a pesar de su hipocresía ecologista, no ha redituado en eficiencia ni en mejora de la calidad y previsión.
Hace muchos años, antes de que la democracia girara a las aguas de emprendeduría privada a las aguas aguas turbias azules y naranjas, antes de que hubiera misas en el lago de Chapala para convocar la lluvia, antes de construir macroacueductos y presas mal planificadas, hubo un pasado y hay un presente en que la problemática del agua no puede resolverse.
Hace mucho que se dice y no se hace sustentabilidad en esta materia, en donde hay sistemas circulatorios ocultos y gasto bajo tierra con pasmosa discrecionalidad.
Los nuevos ricos surgidos de las aguas turbias de los consejos administradores del agua es una pista sobre la que hay necesidad de investigación y transparencia.
Ante la problemática del agua es buen momento para hacer análisis y evaluación institucional de los órganos administradores del recurso. A manera de ejemplo la CONAGUA y el SIAPA.
La Comisión Nacional del Agua, organismo federal desconcentrado, creado por decreto presidencial de Carlos Salinas de Gortari el 16 de enero de 1989 cuyo marco jurídico para regular el agua y su uso parte de la Ley de aguas nacionales emitida el 1 de diciembre de 1992, hoy requiere evaluación y reordenamiento.
El Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado creado por Matute Remus y legitimado por el Congreso de Jalisco mediante el decreto número 9765 del 27 de marzo de 1978, requiere también de evaluación y contraloría social, de profundo análisis de su sistema de planificación y operación.
Es grande también el reto en materia educativa para hacer un uso racional del recurso y formar las generaciones que abonen a una cultura ecológica de sustentabilidad y de reingeniería de nuevas soluciones.
Educar para vigilar y practicar un uso adecuado del agua.
La sequía y la carencia presente y futura de agua implica el uso de muchas inteligencias y de gobiernos éticos y comprometidos con el bien de la sociedad.
La problemática del estrés hídrico tiene relación con la disposición del recurso, pero también con la manera como se explota y distribuye.
El sentir de la sociedad es que la distribución del agua provoca inequidades y hay colonias con perfil socioeconómico bajo y concentración poblacional alta que padecen las consecuencias de los recurrentes tandeos por su incapacidad de financiar sus propios sistemas de almacenamiento.
Otra arista del problema es la manera como opera la administración del agua.
La alternancia política y la democracia que vivimos no ha garantizado el control de la corrupción y el manejo transparente de los recursos a favor de la infraestructura y en beneficio de mejor tasa de retorno de calidad del servicio a los pobladores.
Ejemplos hay suficientes pero baste señalar el tema del Siapa en la Zona Metropolitana de Guadalajara, del Seapal en Puerto Vallarta y su reciente conflicto entre las nuevas autoridades municipales y el sindicato.
Otro ejemplo reciente en entidades como Jalisco es el saneamiento de la cuenca del río Lerma-Santiago, las inversiones de recursos federales y la concurrencia discreta de economías estatales para coadyuvar a la solución de la problemática.
Hace muchos años la zozobra.
La sociedad científica y tecnológica a nivel de consumo no resuelve el problema de la dotación del agua, la visión económica del agua se impone como debilidad, la compra extensiva de agua para consumo humano y el cada vez más evidente monopolio de su venta y distribución es ya por sí mismo ilustrativo.
El agua es un derecho humano, ésta es la visión que garantiza la Suprema Corte de Justicia de la Nación (2010): “Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible”.
“Agua que se quema el eje” reza una frase popular, atendamos de manera integral el problema del agua, la sustentabilidad de la vida humana está en juego.
Agua.
La moderna ciudadanía tiene el imperativo de hacer verificación responsable de la prestación del servicio por sus gobiernos.
*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. [email protected]