Senadoras y senadores de la República refrendaron su compromiso para aprobar una Ley Apícola, que genere un equilibrio entre la producción, el mercado y el medio ambiente, fortalezca las cadenas productivas vinculadas con la miel y sus derivados, pero, sobre todo, que proteja a las abejas, pues son fundamentales para la preservación de los ecosistemas.
En el cuarto foro “Diálogo sobre la legislación y desarrollo de la apicultura. Región Centro-Golfo”, la presidenta de la Mesa Directiva, Olga Sánchez Cordero, dijo que el Senado se fijó el objetivo de emitir un dictamen para expedir la Ley Apícola, una encomienda que impactará a México en mediano, corto y largo plazo.
El reto implícito, acotó la legisladora, “está en vencer las resistencias que tiendan a retrasar una Ley que necesita el país”, así como estandarizar, lo mejor posible, los ordenamientos legales que existen en 21 entidades federativas, con miras a beneficiar a la apicultura en los 32 estados.
Agregó que es necesario buscar el mejor equilibrio entre la producción, el mercado y el medio ambiente; propiciar la tecnologización de las cadenas productivas vinculadas a la miel; evitar el desplazamiento, la eliminación de las y los pequeños productores, y afrontar problemas urgentes como el robo y la destrucción de colmenas o el envenenamiento de las abejas.
Eludir la atención de alguno de estos problemas, advirtió Sánchez Cordero, puede tener consecuencias inesperadas que impactarían al país de diversos modos: desde la posibilidad de ahondar las desigualdades sociales, hasta acelerar una crisis medioambiental.
La presidenta sugirió que no se pierda de vista que, en muchos casos, la apicultura es una herramienta para eliminar la pobreza de muchas familias, como sucede en estados como Jalisco, Yucatán, Guerrero, Morelos o Michoacán.