Este 2021 se cumplieron cien años de la creación del término <Robot>, no podemos, sin embargo, dejarnos llevar por la ingenuidad de que el concepto de robot es algo inventado en el siglo XXI, dado que poseemos algunos ejemplos anteriores que nos indican el afán del ser humano por crear una máquina androide que viene de siglos atrás. El erudito árabe Al-Jazari fue determinante en el siglo XIII con la creación de pájaros cantores mecánicos.
También en el siglo XVIII, la ciencia y la técnica fueron utilizadas con fines lúdicos y divertidos en la fabricación de androides, con las figuras de Pierre y Henri-Louis Jaquet-Droz, alrededor de 1770 crearon androides como: “El Músico, el Escritor público y el Dibujante” que reproducían mecánicamente tareas humanas y fascinaban a un público que abarrotaba los teatros del siglo XVIII. Una dimensión poética y teatral pues marca los espectáculos de autómatas, que cautivaban las miradas y la imaginación, y siguieron estando muy de moda hasta mediados del siglo XIX.
Todo ello sin que nadie reflexionara que durante siglos se vendría gestando el uso de la tecnología venidera y que tanta importancia tendrá para la historia de la humanidad, tocando al mismo tiempo lo sublime de las bellas artes y lo tecnológico de lo científico.
DE ROBOT ANDROIDES Y AUTÓMATAS EN LAS BELLAS ARTES
En el siglo XX Karel Čapek, reflexiona en la obra teatral R.U.R , sobre los niveles de desarrollo tecnológico que la Humanidad estaba alcanzando a principios del siglo XX y, lo que es más, hasta qué punto el hombre no se vería perjudicado, no por la tecnología en si, sino por el mal o buen uso que de ella pudiera darse.
La imitación y superación de lo humano, como otras figuras artificiales, cuenta con dos posibilidades: mientras que el enfoque tecnológico da la ilusión de una “superioridad” de lo humano, el arte ve en el autómata un potencial sobrehumano lleno de fascinación.