Director del Observatorio Académico de Justicia y Seguridad Pública de la División de Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara.
La soberbia y la cobardía, dos lastres que, asedian al pueblo mexicano, un pueblo de escasa conciencia.
Es muy penoso ver, cómo las autoridades de este país, refiriéndome de manera particular, al gobierno federal y al gobierno estatal, encabezados por dos servidores públicos que, han exhibido dentro y fuera de la sociedad mexicana, una soberbia rebasada, de la misma manera que, nosotros el resto de la sociedad, hemos exhibido una cobardía inusitada.
Desde mi punto de vista, la conciencia es un elemento ausente actualmente en el pueblo de México, pues no sólo está ausente en el gobierno, pues es innegable que, en este país, el presidente de la república ha asumido una actitud imperial que, no tolera y por lo menos soporta, inconformidad expresa de alguno de sus vasallos.
Está próxima a realizarse la marcha que, dice encabezará, programada para el próximo domingo veintisiete de noviembre y como lo presume, la gente quiere marchar y desde luego estoy seguro que, se refiere a los pocos que, voluntariamente le acompañaran, pero también acudirán muchos extorsionados por la miseria, ese grupo a los que, cada bimestre les hace llegar, parte de los impuestos que, los mexicanos pagamos, porque hay que, decirlo con claridad, ni un solo centavo de ese dinero, es aportado de su patrimonio, pues también lo ha dicho con mucha claridad que, ya que de su bolso, su dinero lo maneja su esposa; es decir, el sueldo que le pagamos mensualmente (el que a su arbitrio se asignó) se lo entrega íntegro a su esposa; sin embargo, de lo que, si hace uso de los banquetes más suntuosos que, se sirve, para sí mismo y ocasionalmente a sus invitados extranjeros que, por diversas temáticas y necesidad vienen a nuestro país en defensa de los intereses del país al que, representan.