DEPORTES

DEL PASO DE LA MUERTE AL PASO POR LA VIDA

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El niño Cristián Ayala ejecutando el peligroso «paso de la muerte».

Por: Redacción/TEN/Región

La charrería, considerada una actividad que rememora las actividades que, en la antigüedad, caporales, rancheros y hacendados practicaban como una forma de trabajo para herrar, amansar, arrear y recuperar el ganado, que al paso del tiempo se ha convertido en el deporte nacional por excelencia en México.

Mucho se ha dicho acerca de los orígenes de la charrería y Jalisco es un referente mundial, al igual que el tequila; sin embargo, para ser un buen charro mexicano, se tiene que tener otros elementos, valor, disciplina, temple, solidaridad y carácter.

En el evento realizado este domingo 26 de febrero 2023, en el Lienzo Charro, Miguel Aceves Galindo “Agua Azul”, también conocido como Campo Charro Jalisco; se reunieron todos esos elementos, además del cariño y estimación de familiares y amigos de dos periodistas con gran trayectoria en el occidente de México, Mario Ávila Campos y Luis Fernando Loza Lepe “Yogui”, quienes sostienen una férrea lucha por su salud.

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Previamente a montar su caballo, el pequeño Ayala, recibe consejos de este «abuelo» charro.

Los anfitriones fueron en esta ocasión los Charros de Occidente, quienes sostuvieron un encuentro con agrupaciones charras del Rancho las Coloradas y un representativo de Talpa, Jalisco.

Manganas, coleadero, monta y jineteo, floreo de reata, velocidad a tropel para rayar el caballo y concluir la competencia con el peligroso paso de la muerte; pusieron la adrenalina de los asistentes al tope, más aún cuando imprevistos, que siempre existen, se hacen presentes, en esta ocasión fue la caída de un jinete al momento que su caballo resbaló, cayendo sobre su lado izquierdo, afortunadamente ni el jinete ni su cabalgadura salieron lastimados.

Durante casi cuatro horas, se desarrollaron diversas acciones, iniciando con una misa previa a la charreada en donde se pidió por todos los presentes, los participantes en las suertes y por la salud de los enfermos.

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El gran «Cris» Ayala, sin duda, lo esencial de un charro se lleva de nacimiento, los valores también, pero el carisma se gana, en hora buena y rumbo al futuro.

El final fue emocionante, ya no importó quien resultó con mayor cantidad de puntos, en la gradería, el respetable aplaudía la osadía y precocidad de un gran jinete, Cristián Ayala, quien a sus cinco años de edad y con la ayuda de su padre, solicitó al jurado, realizar el “paso de la muerte”, es decir, la suerte charra más arriesgada para los intrépidos campiranos, al galope de dos caballos al pelo, (sin silla de montar), donde el jinete debe sobre la carrera, emparejar al equino desbocado, para posteriormente aferrarse a las crines y domarlo en su carrera, una suerte que sin duda ha costado muchas vidas de los que fallaron.

El pequeño jinete demostró que tiene los tamaños para montar un caballo, 150 veces mayor en volumen e infinitamente más fuerte que él, pero con su actitud montado sobre esa bestia, no solamente puso la “cereza” del pastel en este evento con causa, regalándose al respetable, quienes en reciprocidad arrojaron sus sombreros al ruedo, como se hace tradicionalmente para reconocer a los grandes de este deporte y que, como un gesto de humildad y respeto, el pequeño “Cris” Ayala, ayudado por su padre, debieron recoger uno por uno a sus respectivos dueños, (tomando en cuenta que la barda del lienzo tiene más de dos metros de altura, lo que al pequeñín no le impuso.

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