PISA PESA
Por: Jaime Navarro Saras*/ TEN/ República
La semana pasada se publicaron los resultados de la Prueba Pisa y que, de una manera u otra, da cuenta de lo que dejó el efecto Covid con los estudiantes en el mundo, dichos resultados no sorprendieron, ya que los países latinoamericanos no mejoraron en relación a la última evaluación, en cambio, el área asiática ahora domina los primeros lugares y, la gran sorpresa es que Finlandia ya no es la que lidera el ranking y, que durante los últimos años venía siendo ejemplo y referente para los países desesperados por querer cambiar su modelo educativo.
El nuestro país, tema sirvió de excusa para que políticos, analistas y críticos se le fueran a la yugular al modelo educativo actual, desconociendo, por supuesto, todo lo que se hizo con la educación antes de la pandemia y cuyos resultados no cambiaron mucho desde la primera evaluación y, la cual, no tuvo la difusión debida por el lugar que ocupó México, y porque el presidente Fox del PAN y el secretario de Educación Reyes Tames Guerra así lo decidieron.
Sabíamos de antemano que los resultados de este año no iban a ser muy halagadores, un tanto por el efecto Covid y, otro tanto, por el estancamiento educativo producto de las políticas públicas fallidas y sin seguimiento y continuidad de las últimas décadas.
El Covid desnudó tanto la educación pública como la privada en nuestro país, el hecho de que los niños, niñas y adolescentes tuvieran como aula su propia casa generó problemas de comunicación con su proceso escolar, gracias a ello los índices de los aprendizajes cayeron en picada, qué decir de las cantidades alarmantes de estudiantes que abandonaron la escuela y no regresaron cuando la educación dejó de ser a distancia.
Hubo situaciones que nunca se habían dado en la escuela, entre ellas esa generación de niños y niñas que su preescolar y los primeros grados de primaria, además de la secundaria que los cursaron a distancia, cuando empezaron a asistir a la escuela no sabían leer y escribir, traían deficiencias en matemáticas y demás contenidos, incluso algunos todavía utilizaban pañal y hasta chupón, esos detalles que fueron señalados por los docentes prendieron las luces rojas de alarma y sabíamos que algo no tan halagador iba a pasar, como de hecho siguen pasando, en tanto, los resultados en la Prueba Pisa no son la excepción.
Sabemos también, que esta prueba estandarizada responde a intereses que el Banco Mundial y la OCDE defienden, desconociendo o dejando de lado, lo desigual que son los países y la diversidad de la población por sus orígenes socioeconómicos y culturales.
¿Sirve la Prueba Pisa?, sin duda que sí, el problema es que nuestro país no ha hecho la tarea y los deficientes resultados no impactan en mejores políticas educativas, las cuales deben ir acompañadas de una inversión acorde a ello, con mejores instalaciones y equipamiento, un profesorado estimulado, con reconocimiento social, capacitado y bien pagado, con estudiantes dispuestos para el aprendizaje y unos padres de familia comprometidos con la escuela y sus hijos.
Está claro que no somos Singapur (líder en esta ocasión), sólo bastaría caracterizar un estudiante promedio de ese país y uno del nuestro para encontrar respuestas; pero tampoco somos el país africano peor evaluado, somos un país con mucha historia, referente entre los países del área, por lo tanto, requerimos que nuestros gobernantes actúen en consecuencia con políticas educativas que detonen los aprendizajes que requieren niños, niñas y adolescentes, y no con discursos tales como: “LA EDUCACIÓN ES LA DETONANTE DEL DESARROLLO”, eso ya lo sabemos, no les queda de otra, ¡HÁGANLO POSIBLE!
*Editor de la Revista Educ@rnos. [email protected]