Los jaliscienses creyeron en una promesa “engañosa”, la que hizo Jesús Pablo Lemus Navarro en torno a la verificación, “sin costo”; y le dieron el voto de confianza para que ocupe la gubernatura durante los próximos seis años.
La realidad es que se trata de otra simulación, igual a la que en su momento impuso Enrique Alfaro Ramírez, creando un negocio millonario a “costillas” de los gobernados, la verificación vehicular obligatoria.
Disfrazada de un proyecto ecológico que ayudaría a mejorar la calidad del aíre del área conurbada de Guadalajara; lograron engañar a los propietarios de vehículos particulares, obligándolos a realizar el trámite, sin mediar opciones.
En rueda de prensa, representantes de la Coordinadora Jalisciense de Medio Ambiente y Derechos Humanos, hicieron un posicionamiento para que el nuevo gobierno estatal evalué, analice y elimine un programa de verificación que no ha solucionado el problema de contaminación en la capital del Estado.
El programa de verificación responsable ha demostrado ser una política pública fracasada, prueba evidente es la cantidad de vehículos que a lo largo de la administración lograron ser verificados.