OPINIÓN

¿PRESIDENCIA GERENCIAL?

Por: El Periodista Miguel Jiménez Ibáñez

Los mexicanos brincan de gusto porque ya hay presidenta electa. Doña Claudia recibió la constancia que la acredita como tal tras la revisión y votación de las elecciones del pasado 2 de junio. Ella es una profesional de la política y ha obtenido títulos académicos que podrían darle más confianza a la ciudadanía porque, al menos, tiene otro perfil por lo cual habría que esperar un mejor país. ¿Cree usted que el primer piso de la transformación es lo que merecen los connacionales? ¿Usted, amable lector está feliz, feliz, como dice López Obrador? ¿Lo deja satisfecho el agonizante sexenio federal?

Tanto a México como a la señora presidenta (con “a”) deberá, en teoría, mejorar en todos los sentidos, Pero…!! Está por terminar la enfadosa perorata de campaña morenista encabezada por el tabasqueño desde palacio nacional (y desde antes). Concluyeron los demagógicos discursos de la campaña político electoral que culminó días antes de las elecciones pero que no cambian los discursos y las declaraciones periodísticas de la señora.

En los discursos, luego de recibir su constancia en la sede electoral federal y luego en la (tradicional) pachanga del teatro Metropolitan en CDMX, es clarísimo comprobar que es una calca de lo que dijo y dice el macuspeño. Ojalá y no haya acusaciones de plagio. Ya se esperaba: la continuidad y el continuismo asientan sus “morenos reales” con toda la testosterona y ahora con la progesterona.

Los cambios son para mejorar. No hay pierde, pero si el relevo es gerencial, “maldita sea la cosa”, dice el refrán”. La incómoda dependencia será y de hecho ya lo es, dará un gobierno federal confuso, receloso y con menos resultados postivos porque mientras viva López no dejará de participar sobrepasando la investidura presidencial y a la persona “que tanto quiere y admira”. Pero “hay lobos con piel de oveja”, ¿será el caso con la señora?

Por ahora está cooptada porque, por lo menos, la mitad del gabinete son “sugerencias” de López. El resto tuvo de consultarlo. Quien lo niegue padece miopía aguda. Y hasta ahora, doña Claudia “le ha dado por lado” a su “destapador”. Pero el futuro no será halagador para ella. Dependiendo la incursión política del saliente y de su último viaje, la estabilidad podría en el gobierno federal podrían darse paulatinamente, pero mientras unos obedecerán al presidente y otros atiendan –quizá- a la doña.