“Señora, aún tenemos cuatro cuerpos para necropsia de mujeres como su hija, tenga paciencia”, pidió una empleada del servicio forense de la colonia San Pedro Barrientos (Edomex), en la madrugada del miércoles 12 de febrero.
La madre sobrellevaba con entereza la espera de más de diez horas para retirar los restos y trasladarlos a su natal Oaxaca. “Todas muestran signos de violencia”, le especificaron, lo cual hacía más prolongada la demora.
El cuerpo de Atziri, hija de Estela, una chica treintañera, jovial, que laboraba en una fábrica textil cercana a la autopista que lleva del Estado de México a Querétaro, había sido encontrado por su pareja, en la mañana anterior, en el departamento que compartían en Tlalnepantla, aunque tenía unos dos días de fallecida por estrangulamiento.
Cinco casos en tan solo un día de cuerpos de mujeres, cuyas muertes se podían asociar a feminicidio. El dato impactó a aquella madre, aun con la pérdida sin asimilar de la hija que en más de una ocasión le comentó de las riñas y peleas a golpes con su pareja.
Las estadísticas, basadas en los datos de las investigaciones abiertas en las procuradurías por muertes violentas, muestran que en promedio se registran 10 asesinatos diarios por feminicidio en México, con la agravante de que en 95% de los casos, sus perpetradores, es decir hombres, no son sentenciados.