OPINIÓNPOLÍTICAREGIÓN

UNA JUSTICIA FEDERAL LIMPÍA

Por: Dr. Luis Octavio Cotero Bernal
Director del Observatorio Académico de Justicia y
Seguridad Pública de la División de Estudios Jurídicos
de la Universidad de Guadalajara.

El foro Nacional de Abogados nos quejamos de la justicia del fuero común, dada la manipulación de la que es objeto por el ejecutivo estatal. Nos quejamos además por la ignorancia que reviste a la mayoría de los servidores públicos, realidades que hemos tolerado a lo largo de los años, sin que, en algún momento se haya dado a conocer sanción impuesta a servidores públicos corruptos y que, como consecuencia, permita que la justicia local, dé resultados favorables a la sociedad.
Indiscutiblemente la sociedad demanda justicia, pero ésta se percibe cada día más lejana, porque entre otras aspectos, tenemos un Poder Judicial Estatal manipulado al antojo del ejecutivo.
UNA JUSTICIA FEDERAL LIMPÍAEl anterior señalamiento lo he venido refiriendo con insistencia, a través de este mismo espacio periodístico y al margen de mi necedad, no se han presentado cambios positivos; por el contrario, se volvió ya una constante la indiferencia y el desprecio a tal reclamo. Lo anterior ha permitido que, tanto del crimen organizado, como del desorganizado, este último situado en distintas instituciones del gobierno, sigan operando en total impunidad.
Otro problema no menos delicado, el cual también afecta a nuestra patria es, mantener y sostener un Poder Judicial Federal altamente costoso, pues cuenta con salarios espléndidos y sus ingresos van más allá de, lo que dicen recibir por concepto de salario, pues es bien sabido del derroche de recursos que se hace por conceptos como la seguridad personal de algunos servidores públicos; o bien, el mantenimiento de un palacio histórico, indigno de su actual habitante , dada su nula calidad moral e intelectual, quien como ya lo sabemos, estila manipular a la institución de la administración de la justicia, ya no se diga la de la procuración.
Es bien sabido que las instituciones encargadas de la procuración de justicia, también se encuentran totalmente desvencijadas; sin recursos ni humanos, ni materiales lo que conlleva una imposibilidad para estar en condiciones de cumplir con el propósito para el cual fueron creadas.
Voy insistir al referirme al Poder Judicial Federal, órgano en el que, hasta el día de hoy, aquí en Jalisco, ni el ciudadano común, ni el postulante cuentan con libre acceso, pues en dicho órgano federal en el cual se albergan diversos edificios, continúa vigente la restricción para ingresar, sino se cuenta con un código QR , no obstante que, las restricciones que fueron implementadas y se aplicaron al interactuar en el interior de las dependencias pública en el contexto de la pandemia, se han modificado sobre manera.
De los ministros mejor ni hablar, un gremio en el que una mayoría se ha sometido al ejecutivo federal, contribuyendo con su proceder a hacer de la justicia federal una justicia perversa, de mala fe, aviesa, con criterios jurídicos a modo, pues carecen de justificación o motivación jurídica que, del aspecto necesario de fundamentación está por demás hablar.
UNA JUSTICIA FEDERAL LIMPÍAConsidero que las instituciones públicas federales ya deberían de permitir el acceso libremente, desde luego con la continuación de algunos protocolos al ingreso y durante el tiempo de permanencia, dado que al día de hoy, el gobierno federal ha declarado el sometimiento y debido control de la pandemia; sin embargo, lo cierto es que se carece de voluntad para ministrar justicia de calidad.
Somos un país rico, porque la tierra que pisamos es una tierra que, posee inmensa riqueza para ser capaces de habitar en un país de primer mundo, pues la nuestra es una república con mar, ríos, lagos, flora, fauna, minerales, todos ellos espléndidos, pero muy derrochados, descuidados y destruidos por nosotros mismos, experimentando ya desde hace varios años la consecuencia lógica de ser un país con malos gobiernos.
Por todo lo anterior, estamos obligados de manera urgente, a retomar una actitud digna, cualquier que sea el precio que tengamos que pagar, pues la desgracia social en la que vivimos actualmente, nos afecta en diversos aspectos, de ahí la urgencia de hacer lo propio para subsistir en mejores condiciones y los que ya estamos por irnos, contribuir mayormente a legar un país mejor que, el que recibimos, porque el que estamos dejando a las generaciones venideras, no es el mismo que nos entregaron nuestros antepasados.
Tan vergonzosa como preocupante nuestra realidad actual.

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