CULTURA

ANA LUISA RÉBORA, LA PARADOJA DEL DESEO

ANA LUISA RÉBORA, LA PARADOJA DEL DESEOPor: Carlos Prospero

Ana Luisa corre de aquí para allá entre la gente; se detiene, saluda, da un beso en la mejilla, sonríe ampliamente, le brillan los ojos como si mirara el alma de los que se le acercan y se diera cuenta de los deseos que hay en sus corazones.

Conoce sus deseos con solo ver sus expresiones.

Luego se aleja y toma un trago de algo y regresa y ya no está entre la gente.

Ella mira lo que nadie mira, pero lo que mira fluye hasta sus dedos, se concreta en líneas oscuras, en manchas, en colores tenues, enmarcadas por el tamaño del papel y soportados por el color que fondea en esos trazos dulces y firmes al mismo tiempo.

Alguna vez dije que esos trazos tristes, que son una algarabía a la melancolía, es lo de todos, aunque no se reconozcan o le rehúyan.

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