CULTURA

LAS CARRETONADAS

LAS CARRETONADASTrasladando Historias y Sueños en Ruedas de Madera

Por: Mariana Navarro Macías

En la Guadalajara del siglo pasado, en los inicios del siglo XX, las «carretonadas» eran mucho más que un simple medio de transporte.

Las mudanzas de carretón en Guadalajara, México, en el siglo pasado, representan una parte significativa de la historia y la cultura de la región.

Estas mudanzas, a menudo llamadas «carretonadas», eran un método tradicional de transporte que perduró a lo largo de los años y se convirtió en una costumbre arraigada en la vida de las familias tapatías.

A mediados del siglo XX, Guadalajara era una ciudad que experimentaba un rápido crecimiento urbano y una gran parte de su población aún vivía en áreas rurales o en barrios periféricos.

Las mudanzas de carretón eran una solución práctica para las familias que necesitaban trasladar sus pertenencias de un lugar a otro.

Los carretones eran vehículos de tracción animal, generalmente tirados por mulas o caballos, que consistían en una plataforma de madera con ruedas, diseñada para cargar muebles, cajas y otros enseres domésticos.

fantasmaEstas mudanzas no sólo eran un medio de transporte, sino que también simbolizaban la importancia de la comunidad y la solidaridad en Guadalajara.

En muchas ocasiones, amigos y familiares se unían para ayudar en el proceso de embalaje y traslado, convirtiendo la mudanza en un evento social.

Este sentido de colaboración y apoyo mutuo era una característica distintiva de la cultura tapatía y se reflejaba en las carretonadas.

LAS CARRETONADAS EN TRANSICIÓN

Las mudanzas de carretón también se asociaban con la transición de una etapa de la vida a otra.

Por ejemplo, cuando una pareja de recién casados se mudaba a su nuevo hogar, se realizaba una carretonada, en la que amigos y familiares acompañaban a la pareja en este emocionante capítulo de sus vidas.

LAS CARRETONADASEstas tradiciones eran una forma de celebrar y fortalecer los lazos familiares y comunitarios.

LAS CARRETONADAS Y SU IMPACTO ECONÓMICO E HISTÓRICO

Además de su importancia cultural y social, las mudanzas de carretón tenían un impacto económico en la ciudad.

Se creaban empleos temporales para conductores de carretón y se impulsaba la industria de la cría de mulas y caballos en la región.

Los carretoneros se convirtieron en figuras conocidas en la comunidad y desempeñaron un papel esencial en la logística de las mudanzas.

Pero le cuento un secreto:

cuentan las bisabuelas y abuelitas octogenarias   que en ocasiones no sólo ayudaban en las mudanzas los carretoneros, sino que mudaban corazones y esperanzas, pues eran los celestinos discretos de cartas de amor.

Iban de un destino al otro enlazando corazones.

Y lo hermoso era que a veces, luego de las misivas, se convertían también en quienes los mudaban de hogar, cumpliendo su función de esta romántica tierra tapatía.

LAS CARRETONADASPero, así como las cartas van y vienen, el tiempo también se va.

Con el paso de las décadas, el desarrollo de Guadalajara trajo consigo la modernización de los métodos de transporte y mudanza, relegando gradualmente las mudanzas de carretón a la historia.

Hoy en día, es raro ver un carretón en las calles de la ciudad, y la tradición ha quedado en gran medida en el recuerdo de aquellos que vivieron en una época en la que el ritmo de la vida y las costumbres eran tan diferentes.

Van quedando en recuerdos vivos del siglo pasado, como un valioso capítulo en la historia de la ciudad reflejando la riqueza de sus tradiciones culturales y sociales.

Estas carretonadas eran mucho más que un medio de transporte; eran una manifestación de la solidaridad comunitaria y un vínculo entre generaciones.

A pesar de su desaparición gradual, su legado perdura en la memoria colectiva de Guadalajara.

Las carretonadas no eran solo traslados de posesiones materiales, sino viajes a través del tiempo.

CONCLUYENDO

Al final de esta columna le conmino a que viaje a que se suba a estas carretonadas, a que lo haga con la imaginación, inténtelo, retroceda en el tiempo:

-Cierre los ojos al crepitar de los cascos de los caballos y el rechinido de las ruedas resonando en las calles de la limpia ciudad, imagine que huele a tierra mojada, a rosas y las tortillas recién hechas, capte el latido de los corazones plañideros a un camino de nuevas esperanzas, ahí usted podrá reencontrarse en esa ciudad de los recuerdos de antaño.

Ahora, regrese al presente.

Hoy, cuando las calles de Guadalajara están llenas de automóviles y rascacielos, las carretonadas siguen siendo un recuerdo vívido de una época en la que las ruedas de madera llevaban consigo los sueños y las historias de una ciudad que vivía al ritmo de la hermandad esa que tanta falta nos hace hoy en día y que, a través de estos artículos, esta escritora desea que se contagie usted y los suyos, al retomar nuestras costumbres y tradiciones del México de antaño, que no deben extinguirse y que nos haga gritar con clamor y enseñar a nuestros descendientes lo que nuestro himno nacional nos dice:

-Pero nunca ese grito de guerra, entre hermanos repita el cañón, solo cante, ya libre, la Tierra,

Su himno santo de paz y de unión.

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