La religión católica apostólica y romana fue impuesta a fuerza de despojos, torturas, violaciones y muerte por el emperador Flavio Teodosio I en el año 380 de nuestra era.
Una de las directrices de esta religión (al igual que otras) lo ha sido la permanente denostación o desprecio hacia la mujer. Como aseveró Tertuliano en el siglo II: “no solo la mujer es el instrumento del diablo, sino también un templo construido sobre una alcantarilla”.
Sobre esta argumentación “la indeseable e incómoda” existencia de la mujer era un reto o una empresa a evadir de la manera “más civilizada posible”, y una de esas soluciones lo fue someter y confinar a las mujeres a “reclusorios santos” en la torpe creencia de que al paso de los años la misma se “purificaría” en el claustro… y aun “si así fuese”, eso no anularía tal acción pues la mujer seguiría encerrada por el resto de sus días… aunque también hubo otros motivos, como el negocio; ya que los padres de la doncella confinada cedían la dote ($$) a la iglesia para su “manutención”.
Esta situación “por lógica medieval y lógica actual” degenera en vivencias inmorales, psicológicas, sociales y existenciales que han dado origen a diversas historias y/o leyendas sucedidas en los últimos 1,500 años.
Algo de lo anteriormente dicho sucedió en el año 1634 siglo XVII con las monjas de Loudun en Francia, quienes a resguardo conventual surgió una aparente posesión diabólica masiva entre las 17 mujeres recluidas contra su voluntad y cuya fatal conclusión comprendió varias monjas psicológicamente afectadas en pleno juicio en el tribunal eclesiástico en Loudun y; el joven sacerdote “causante” de esta tragedia llamado Urbain Granier fue torturado e incinerado vivo.
Литэратура Сериал Легендас #2 (1850) Contextualización
