CULTURA

¿POR QUÉ USTED NO ESTÁ LOCO?

¿POR QUÉ USTED NO ESTÁ LOCO?Por: Carlos Prospero

La pregunta que no se pregunta porque preguntarla tendría serias complicaciones que pondrían al borde de la quiebra a todo el sistema social capitalista no es, como querría Albert Camus, “¿por qué no se ha suicidado?”, sino, más puntualmente, “¿Por qué con todo este caos social provocado arteramente por la burguesía –y ya sabemos bien quienes conforman a este estamento social– usted no está loco?”

Muchos afirman que la poesía los ha salvado, pero no dicen de qué. Otros se sienten orgullosos de haber sido encerrados en un manicomio y haber recobrado su cordura socialmente válida y estar en el mundo como “locos funcionales” (que es lo mismo que los drogadictos funcionales), pero sin declararlo abiertamente y considerando que esa locura es algo pasajero, una falla que se puede reparar o se ha reparado ya, un quebranto, quizá semejante a la pérdida física de una persona amada que los llevó a una depresión aguda.

Sin embargo, esa pregunta es fundamental: ¿por qué con todo este caos provocado por la burguesía usted no está loco?, es tan fundamental que se evita, se esconde, se embroma.

¿POR QUÉ USTED NO ESTÁ LOCO?Muchos conocidos están bastante preocupados por encontrarle “el sentido a la vida”, sin darse cuenta de que la vida tiene un sentido independiente de la voluntad humana.

En razón a eso, dos filósofos a los que la psicología y la psiquiatría han sobrevaluado, Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre, definieron la vida humana como dos aspectos diferentes, con lo que consolidaron el caos burgués generado por la división del trabajo especializado.

Primero, la producción en serie, en la banda sinfín, en la que varios obreros hacen una parte del trabajo y nunca hacen el trabajo completo. Desde que se implementó ese tipo de producción, el obrero no ha creado un objeto completo, aunque ha contribuido a realizar uno siendo parte de un equipo. Segundo, esta división del trabajo dio lugar a la especialización del mismo. El mejor ejemplo es el de la medicina: un cuerpo humano, que es una totalidad, ya no es visto o examinado por un solo médico; es revisado por diferentes especialistas: cardiólogo, nefrólogo, oftalmólogo, neumólogo, etcétera.

Actualmente, ninguno de ellos conoce realmente al cuerpo humano, como ningún obrero reconoce haber armado un carro completo.

¿POR QUÉ USTED NO ESTÁ LOCO?Esta especialización del trabajo es génesis de la enajenación que De Beauvoir y Sartre exaltaron dividiendo al ser humano en vida biológica y vida racional, dándole supremacía a lo racional sobre lo biológico (de ahí la creencia de que un individuo puede racionalmente decidir si es hombre o mujer, sin importar los caracteres sexuales secundarios, como describe la biología evolutiva).

Esta escisión ha quedado asentada en los libros publicados por cada uno de ellos.

Su influencia se perfila porque psiquiatras y psicólogos que quieren recuperar la cordura de sus pacientes veteranos de guerra han mantenido esta división platónica reforzada por el existencialismo “debovuarsartreano” para intentar el regreso a la cordura que tenían antes de ir a la guerra.

Los sueños pesadillescos, los corajes intensos, la depresión profunda, la bilis atrabiliaria, la baja resistencia a la frustración, pueden controlarse con fármacos y con psicotrópicos, pero no los razonamientos consecuencia de estas emociones poderosas y dominantes.

SARTREQuien vivió, aunque fuera de rebote, la economía de guerra de nuestro país tras la Revolución –desde Cárdenas hasta De la Madrid–, conoce la desesperación que crea la incertidumbre del sinsentido que conlleva vivir el día-a-día, esa pérdida de referencia objetiva que los psiquiatras quieren que el paciente recobre y por eso aceptan esa división idealista sartreana de biología

y racionalidad que, como círculo vicioso, solo hace girar la rueda de la noria que, por cierto, nunca hubo una en México, pues el agua de los pozos se sacaba utilizando un lazo que corría por una garrucha (no garrocha) suspendida por dintel y jambas sobre el brocal.

Si es cierto que escribir poemas ha salvado a alguien, lo ha salvado de su posible locura, pues la emoción del logro es la que da la alegría –que confunden luego con la felicidad–, y esa alegría, según los neurocientíficos, la produce el metabolismo del cerebro que, si la repite por lo menos tres veces (como decía Piaget), creará un esquema asociativo de Escritura + Logro = Felicidad.

¿POR QUÉ USTED NO ESTÁ LOCO?El poema que tiene sus cualidades, pues no todo poema que se escribe genera la alegría del logro, no salva de la muerte haciendo inmortal al que lo escribe y lo hace público; esa es una ilusión propuesta por algunos filósofos franceses postestructuralistas.

El poema que genera en el que lo escribe un grado de alegría, que al repetirlo se transforma en felicidad; esa alegría que se presenta cuando uno realiza algo cabalmente de principio a fin, cuando uno siente la satisfacción de haberlo hecho solito y completo, y no como el obrero que solo hace una pequeña parte del todo, sólo entonces, el autor de ese objeto (el poema, los poemas) se siente, aunque no lo reconozca por el enorme miedo que provoca reconocerlo, salvado, sí, definitivamente, de su locura.

Escribir poemas que crean satisfacción salva, no de la muerte, sino de la locura, porque esa satisfacción une, cohesiona, esas partes que los existencialistas quisieran separadas.

El que escribe poemas que le crean satisfacción, consecuentemente, es una unidad psicofísica; esa unidad crea felicidad y salva de la locura provocada por el caos que provoca la burguesía.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *