CULTURA

UN POETA RONIN

Por: Carlos Prospero

  1. En el Japón medieval, todos los samuráis tenían un maestro, pertenecían a una escuela, a quien eran fieles hasta la muerte.

Las luchas internas acabaron con varios maestros y sus escuelas.

Los discípulos y alumnos de los maestros muertos buscaban nuevos maestros que podían recibirlos o negarles la entrada; sin embargo, hubo muchos –hay una leyenda que cuenta de 47 samurái que se convirtieron en ronin luego de la muere de su maestro– que se mantuvieron sin maestro y se hicieron

vagabundos, otros se unieron para vengar la causa por la que su maestro fue obligado a aplicarse el seppuku, como el de estos 47.

Ser vagabundo no era una actitud honorable, pero dentro del código de honor era mejor serlo que buscar otro maestro y otra escuela.

Tampoco tenía amigos, si no eran los mismos de su escuela, pero, sobre todo, luchaba por una causa más personal.

(En alguna parte leí que todavía hoy en Japón la mayoría son amigos del café o del bar, porque nadie invita a sus casas; son muy reservados.)

  1. En México los poetas se reunían en tertulias para dar a conocer sus poemas.

También se congregaban bajo la figura de alguno de los poetas que se consideraban superiores por cuestiones económicas, de trabajo o de linaje familiar.

Ese poeta superior podía conseguirle trabajo a uno que no lo tuviera, o bien podía recomendarlo con algún impresor para que publicara sus poemas a menor costo y había ocasiones en que, si ese poeta lo consideraba pertinente, financiaba la edición de un poemario. (Siempre había la manera de recuperar la inversión considerando el trabajo que realizaba.)

Los poetas aglutinados formaban grupos que se bautizaban siguiendo las líneas de la tendencia o el movimiento literario con el que se identificaban.

Es innegable que la literatura local y nacional siempre ha sido cuestión de relaciones sociales de servidumbre de las que nadie habla claro.

  1. El conjunto de capillitas literarias de Guadalajara, por ejemplo, forma un tejido social literario en el que conviven, se confrontan y se afrentan (si acaso), desde sus trincheras grupales.

En Guadalajara, todos viven aglutinados al servicio de un poeta líder que a su vez sirve a alguien que puede ser el Estado o una persona física o moral que lo financia.

  1. ¿Qué pasaría si un poeta no estuviera en un grupo de esos que se llaman “capillitas” y están comandadas por uno de ellos, al que siempre se le rendirá un cierto reconocimiento, aunque no lo amerite?

Aunque fuera uno solo, ese sistema se desbalancearía, porque su presencia social sería una llamada de atención para todos ellos, como el chirrido de una rueda que no impide que se camine, pero cuyo chirrido siempre será molesto.ronin

Seguramente ese poeta solitario, vagabundo, estuvo en una escuela, tuvo un maestro que lo guio hasta lograr un conocimiento refinado de la expresión literaria y por situaciones sociales o azarosas se separaron. Posteriormente el profesor murió y el poeta se volvió “ronin”, para guardar de esa manera su memoria.

Un poeta serio, como el que describiera Pound. Asocial por su formación, pero atento por su propia educación.

  1. En México y en Jalisco, en donde la ideología enuncia:

 leer para escribir,

 no tener ideas estéticas

 buscar padrinos para ingresar a un grupo,

 ser serviles (hipócritas literarios),

 no analizar los poemas de los otros del grupo y menos todavía criticar, aunque la crítica pudiera beneficiar al criticado,

 respetar a tus mayores en el campo literario, es decir, los más viejos.

 No confundir la vida personal (privada) con la vida pública (profesional),

 mantenerte en la línea tradicional del reconocimiento por los poetas anteriores, aunque no hubieran escrito ni una sola línea versal que descubriera algo del mundo en el que vivían.

Resulta imposible no vivir aglutinado para poder lograr, aunque sea, una publicación financiada por alguna institución de cultura, un premio, una beca o, como ocurre últimamente, una promoción a través de talleres para mantener la estupidez literaria.

  1. Ciertamente, ha existido en estas tierras un poeta-ronin, un vagabundo literario que no se ha sometido a las expresiones literarias colonizadoras europeas, que vaga por las calles de esta ciudad sin necesidad de reconocimiento alguno y sin días perfectos.