LA DEPRECIACIÓN DE LA DOCENCIA, DATOS PARA REFLEXIONAR
Por: Marco Antonio González Villa*
En esta ocasión tengo que hacer dos aclaraciones previas a la información que aquí ofrezco: primero, me he permitido traer, emplear metafóricamente, el término depreciación del campo de la economía y la administración la cual refiere a la pérdida de valor que tiene un bien o servicio debido a factores como su desgaste, envejecimiento, pérdida de calidad o por la oferta y demanda; segundo, no tiene fines políticos específicos o de crítica al gobierno vigente, de hecho, como describiré a continuación, la situación ha sido igual o peor en los sexenios previos.
Cuando hablo aquí de depreciación de la docencia aludo a que la labor efectuada por la comunidad magisterial ha perdido valor, lo que se refleja en el sueldo que percibe con relación a otros trabajadores o las condiciones económicas de los últimos años. La revisión de diferentes datos como son la inflación, el incremento al salario mínimo y el incremento al salario de los docentes, obtenidos de fuentes como el INEGI, la página del Gobierno Federal o el Diario Oficial de la Federación, permiten observar esta situación.
Con relación a la inflación tenemos los siguientes datos: de Enero de 2018 a noviembre de 2018, últimos meses del gobierno de Peña Nieto, la inflación fue de 3.55; de diciembre de 2018 a diciembre de 2019, primer años del gobierno vigente, la inflación fue de 2.63; de enero de 2020 a diciembre de 2020 la inflación estimada es de 2.65; de enero de 2021 a diciembre de 2021 la inflación tuvo un significativo 6.44; finalmente, de enero de 2022 al día de hoy en el mes de diciembre de 2022 la inflación va en 6.79.
En el tiempo que lleva al frente el partido vigente en el poder, el porcentaje al incremento al salario mínimo y al magisterio ha sido la siguiente: en 2019 el mínimo incrementó 16% y el salario magisterial 6.25 %; 2020 observó un incremento del mínimo del 20% y el del magisterio 3.4%; 2021 trajo un 15% para el mínimo y 3.9% para los maestros; 2022 trajo 22% al salario mínimo y 7.5% para los docentes. Ahora se ha informado que el mínimo tendrá en 2023 un incremento de 20% y los docentes tendremos que esperar unos meses para saberlo.
Los incrementos al salario mínimo han traído consigo dos cosas benéficas: la disminución de la brecha en la desigualdad económica entre los diferentes sectores sociales, así como evidenciar la negativa y mentira de los partidos anteriores que se negaban a incrementar el salario mínimo argumentando que eso generaría mayor inflación, lo cual no ha sido como nos lo contaban. Lo aclaro para enfatizar lo benéfico de la iniciativa de subir cada año el mínimo.
Sin embargo, después de dos sexenios de golpeteó inmisericorde y nada ético, queda la sensación en una población significativa del magisterio de no haber sido aún recompensados o valorados; de ahí la depreciación sentida, debido a incrementos poco significativos realmente. Le quedan dos años al actual presidente y seguimos esperando la promesa de que, finalmente, se trate dignamente y con justicia a cada docente. No se pierde la fe y se tiene esperanza, aunque la incertidumbre persista. Cada docente carga con el futuro del país, alguien tendría que ver también entonces por nuestro futuro. No es demanda o exigencia, sólo justicia ¿o no? Esperemos que llegue.
*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. [email protected]