Debido a la voracidad de funcionarios en el ejecutivo estatal, las simulaciones utilizadas para renovar y mejorar el servicio, aunado a la tramitología implementada para certificar a los operadores y otras ocurrencias que a través de la Secretaría de Movilidad del Estado de Jalisco se han llevado a cabo, los transportistas se encuentran preocupados de que a unos meses de que termine la actual administración gubernamental de Jorge Aristóteles Sandoval Díaz; su patrimonio y su fuente de trabajo desaparezcan, dejándoles solamente las deudas que representa el haber adquirido unidades condicionadas por el propio gobierno.
A decir de diferentes voces dentro del gremio; el servicio de transporte urbano en la zona metropolitana de Guadalajara está a punto de colapsar, debido a que resulta incosteable solventar los gastos para el mantenimiento de las unidades, las refacciones y peor aún, la cobertura de las mensualidades y otros gastos que se desprenden durante la prestación del servicio.
Se dicen víctimas de engaños sistemáticos y de simulaciones en torno a la transformación del modelo hombre-camión al de ruta-empresa; y es que la imposición de reglas unilaterales que el gobierno ha impuesto para dar paso al proyecto Línea-3 del tren ligero, ha desquiciado las rutas que tradicionalmente brindaban el servicio, ya de por si criticado por los usuarios.
Durante las últimas fechas, es decir en lo que va de este año 2018, se han retirado de la circulación cientos de unidades del transporte público, alterando las frecuencias de paso y modificando los derroteros; obligando a los usuarios gastar mucho más dinero para transportarse, utilizando mayor tiempo perdido durante la trayectoria a fin de transbordar y así llegar a su destino.
El malestar de los concesionarios gira en torno a que estas medidas también les ha repercutido en sus ingresos y por consecuencia, ahora pierden pasaje, ya que al no respetar sus propios conceptos implementados por las instancias entonces autorizadas como el CEIT y el OCOIT, ahora se vive un total descontrol en las rutas generado en parte por los cálculos emitidos por el Instituto de Movilidad.
La imposición de los corredores troncales, que desde el inicio cuando se realizó la prueba en la avenida Artesanos y que a decir de los propios empresarios de la Alianza de Camioneros, ha reportado pérdidas y trabaja con números rojos, pese al apoyo que sistemáticamente le inyecta el Macrobús y con ello tratar de paliar la afectación que arrastra.