CINETURISMO…UN INDUCTOR AL VIAJE

(las salas para viajar )

El turismo y el cine son realidades de la modernidad. Sus trayectorias tienen mucho en común, tanto por sus orígenes como por su dimensión vinculada a la cultura y a el ocio.
Más allá de los evidentes paralelismo que pueden existir en la propia naturaleza del cine y del turismo, existen otros aspectos por los que ambas actividades pueden relacionarse y beneficiarse mutuamente, que hoy le quiero compartir.
Pero, ¿Qué es el cineturismo o bien turismo cinematográfico?
El cineturismo es un factor de mucho interés para la mercadotecnia y la promoción de un territorio, puesto que puede promover la llegada masiva de turistas deseosos por ver con sus propios ojos los lugares donde se han rodado sus películas preferidas.
TURISMO Y UNIVERSO FÍLMICO
El turismo cinematográfico, perteneciente a la rama del turismo cultural, ha ido haciéndose cada vez más visible y ganando peso de manera progresiva durante este y el anterior siglo.
Millones de turistas viajan anualmente con el objetivo de visitar los escenarios de una película o de revivir las sensaciones experimentadas al verlos por primera vez en la gran pantalla.
¡No cabe duda de que el cine es una invitación al viaje!
Pero aquí la cuestión es ¿por qué la película me impulsa a ir a donde se filmó?

La respuesta pareciera ser, los distintos tipos de cualidades atractivas que incitan a la gente a viajar, son tan diversas como las películas en las que éstas se encuentran.
Podría parecer que si alguna parte de una película resulta extraordinaria o cautivadora, esto se convierte en un icono que los espectadores relacionan con el lugar que es mostrado en la película.
Ello por el contenido simbólico de una filmación, que implican o evocan un evento único, un actor favorito, las características físicas de un lugar, o un tema que representa todo lo que es popular y concerniente a la película.
Viajamos dentro del filme, porque nos permite transportarnos a una nueva realidad, experimentar sensaciones nunca antes vividas y porque nos vuelve cómplices de nuestra fantasías rompiendo la barrera imaginaria de la realidad-ficción .
Y esto no sólo se traslada a nuestro ser, se traslada también a otros ámbitos de la existencia humana, que se traduce en factores sociales, psicológicos, culturales y económicos.
FACTORES DE PESO
La publicidad que una película ofrece a una ciudad, estado o país que le sirvió de escenario, equivale a un anuncio visto por 72 millones de espectadores, (la media de audiencia mundial de una película).
Además, las películas ofrecen un periodo de publicidad más dilatado en el tiempo que los esfuerzos tradicionales de promoción turística, lo cual permite al espectador un periodo de interacción más largo con el destino.

Por este motivo numerosos países intentan que grandes proyectos cinematográficos sean rodados dentro de sus fronteras, como forma de atraer nuevas tendencias y flujos turísticos e incluso lograr que zonas con poca actividad económica logren crecer gracias a los numerosos visitantes.
El cine -y por extensión el turismo cinematográfico- produce un impacto en la economía de la localización donde se rueda: más del 30% del presupuesto de una producción se queda en las localizaciones, ya sea a través de gastos directos, indirectos o inducidos.
Y este impacto se prolonga después del rodaje, ya que la industria turística comercializa paquetes para conocer las localizaciones más famosas.
Este es el motivo por el que cada vez son más los destinos turísticos que utilizan este instrumento promocional a través del posicionamiento estratégico en los films.
UNIVERSO FÍLMICO MEXICANO
En nuestro universo fílmico mexicano, se levantan algunos ejemplos representativos de la relación histórica con la industria del turismo, donde han sido grabadas diversas películas en locaciones nacionales para impulsar a Mexico, desde la década de los años veinte del siglo pasado.
Un ejemplo es el del cine norteamericano hecho en México, con filmaciones en Tijuana y Puerto Vallarta y los filmes internacionales, como el caso peculiar de Acapulco, en donde el cine extranjero y nacional crearon una fuerza de atracción turística y posicionaron el destino turístico mexicano, en el imaginario colectivo, en la primera mitad del siglo XX, como una marca que aún perdura.

Desde el siglo pasado ya en la década de los treintas, México alcanzó su esplendor en la llamada “Época de oro del cine mexicano” y terminó simbólicamente con la muerte del máximo ídolo nacional, Pedro Infante en 1957. En esta época el cine nacional, conquistó al público internacional con las comedias de corte ranchero e historias rurales, que dieron a conocer el folklor mexicano en todo el mundo.
La primera cinta que impulsó al turismo que se tiene registros es: “Carretera y Paseos de Acapulco” (1928), los elementos de playa, sol, palmeras y cocos se utilizaron en la película, “Silencio sublime” (1935), “Hombres del mar” (1938) y la famosa “La perla” (1974).
La primera gran producción internacional fue Tarzán y las sirenas (1948), la cual inmortalizó los clavados y dejó huella como lugar obligatorio de visita para el turista, en el paradisíaco puerto de Acapulco.
En el caso de Jalisco, por su belleza natural y exuberante vegetación, las costas de Jalisco han captado la mirada de varios directores de cine de Hollywood para utilizarlo en algunas escenas de sus filmes.
En Puerto Vallarta  se filmó  en el año 1964 la película “La Noche de la Iguana”, Quentin Tarantino eligió en el año 2004 una  hacienda ubicada en la Costalegre de Jalisco para filmar la secuela de Kill Bill.
En el 2021 el Pueblo Mágico de Tequila, ha sido escenario de varias producciones donde se ensalza la mexicanidad, la producción del paisaje agavero como un producto internacional y un destino turístico obligado al venir a México.

CONCLUYENDO
El turismo cinematográfico es un fenómeno en crecimiento en todo el mundo.
La película se transforma en genuino «catalizador» de turismo; sueños, realidades, imaginarios de evasión son, indudablemente, aspectos que unen el cinema y el turismo en la busca de nuevas sensaciones y experiencias visuales que forman parte del ritual, de las salas para viajar.
¡Así que abróchese los cinturones, que a viajar se ha dicho!