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CRÓNICAS VALLARTENSES

CRÓNICAS VALLARTENSESPor: Rubén Zatarain Mendoza*

En el marco del aniversario 104 del municipio y 54 como ciudad de Puerto Vallarta tuvo lugar el patio central del edificio del Ayuntamiento la presentación de la obra titulada Ensayos y crónicas vallartenses escrita por el cronista Juan Manuel Gómez Encarnación.
El evento gratuito, fiesta del lenguaje, con una audiencia de 200 personas, sin comparación con el concierto de Gloria Trevi que convocaría a miles un día después, es apenas una muestra del esfuerzo que hay por hacer para formar la ciudadanía en el ámbito cultural.
La pieza constructiva del texto como una muestra de la nueva historia social local que subraya la necesidad de analizar los procesos económicos y sociales desde una óptica cultural, utilizando un enfoque micro y “desde abajo”, “desde adentro”, desde la vida cotidiana de los sujetos comunes.
El escritor cronista, pescador de la palabra a la captura de la historia social, educativa y cultural de su municipio y ciudad.
El escritor como protagonista y actor de su propia obra. Su ojo observador, la epidermis sensible.
Su aportación a la memoria histórica en el aquí y ahora, como esfuerzo consciente de sujetos y el colectivo al que pertenece para encontrar su pasado real, el valor del mismo y el respeto de las generaciones presentes a la diosa Clio, la Historia y la necesidad de escucha a sus lecciones.
CRÓNICAS VALLARTENSESLa obra ensayística como parte de un ejercicio de corriente estructuralista vigente en el pensamiento Occidental en la segunda mitad del siglo XX.
Acercarse al espacio geográfico del municipio, de la ciudad cumpleañera de Puerto Vallarta guiados por la metáfora de la brújula, de la coordenada geográfica del anal de la historia escrita, guiados por la mano amiga y la poesía de un personaje importante, de un lugareño que hace latir corazón y pluma para aportar al legado de la microhistoria con una nueva aportación en este marco de celebración de historia común.
La voz, el recuerdo, la anécdota, los años de infancia , juventud y madurez hecha palabra en el texto que ahora presenta el Güero Gómez.
En un nivel analítico la obra de más de 170 páginas que invitan a su lectura y referencia que hoy se entrega a la sociedad vallartense está constituida por 4 ensayos y 4 crónicas.
En el apartado Agustín Yañez narrador y gobernante de la Tierra Pródiga, el hombre de letras, el gobernador, el secretario de educación pública, hacedor en gran parte de las condiciones materiales para amansar la tierra pródiga “pasto de toros bravos”, pocos habitantes y muchos caciques como definía la región, acotar sus cacicazgos en una visión posrevolucionaria, la etapa fundacional del Turismo como actividad económica que definiría el destino de Puerto Vallarta.
CRÓNICAS VALLARTENSESAgustín Yañez y su siempre sugerente propuesta de lectura para que los pensamientos que dan fuerza al lenguaje no sean las metafóricas tierras flacas o nos quedemos al filo del agua sin hacer revolución y enriquecimiento de nuestra inteligencia.
La tendencia contemporánea de hacer escritura de la historia es la de registrar la historia social como alternativa a la historia de bronce, la historia de la gente, los nombres cargados de significado, la muestra apenas de una rica historia oral de estos pueblos.
La microhistoria en el marco general de una historia nacional y estatal. El aquí y ahora que nos habla en cien lenguajes del legado de las generaciones de hombres y mujeres del pasado.
Los hechos, las evidencias arquitectónicas, proyectos institucionales, registros documentales, entrevistas a personajes clave, las fotografías, el método de trabajo, el orden, selección, la escritura.
El municipio centenario, la ciudad de medio siglo, el tiempo corriendo, la voz y la memoria vivas en cada una de su gente, la mirada histórica por educar.
Puerto Vallarta y su conjunto de significados para sus habitantes y visitantes, su singular geografía física, la elocuente geografía económica y cultural.
La vida cotidiana a la que refiere la socióloga Agnes Heller y el filón para hacer y practicar la memoria histórica como colectivo.
CRÓNICAS VALLARTENSESEl apasionante espacio habitable, el libro como producto preliminar para usarlo como cuaderno de trabajo y complementar ¿y por qué no?, hacer la propia historia desde cada una de las miradas, vivencias y anécdotas.
El espacio geográfico, la fuerza y comunidad de una región allende el espacio urbano de un Puerto donde diariamente se entretejen historias; allende las localidades, los ríos, la costa, la singular orografía que ha dado de comer a varias generaciones, el corazón humano que late a ritmo de las parvadas de pericos, zanates y chachalacas, el símil de un Macondo como el Cien años de soledad de García Márquez donde los imaginarios coroneles Buendía de torso desnudo lanzan sus redes para la pesca o a golpe de caminos de herradura y mulos retan su propio tiempo.
Las mariposas amarillas, vicarias del vuelo de los papalotes infantiles, de los veleros que cruzan la bahía o de los parachute de los deportes extremos que zurcan el cielo azul de la Bahía de Banderas.
El pasado, presente y futuro que se cruzan en cada una de las biografías de la población, la singular geografía humana donde los niños, jóvenes y adultos hacen del juego seriedad y de la existencia un juego simbólico sabor a coquito de aceite o coyul.
La joven historia de un puerto, de una ciudad en pleno desarrollo urbano, las notas sobre la arquitectura funcionalista desde 1950, el impulso de la Comisión de Planeación de la Costa de Jalisco, el concepto estelar de desarrollo que se atisba en las dos décadas siguientes. Carreteras, aeropuerto, la educación como expectativa social para formar el capital humano, las aportaciones del Comite administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas, el Jardín de Niños “Ignacio L. Vallarta”, la Escuela Primaria “Lázaro Cárdenas del Río” y la Escuela Primaria “Emancipación”.
CRÓNICAS VALLARTENSESLa línea de formación de los valores de identidad nacional y patria en estos lugares desbordantes de naturaleza, siempre demandantes de buena educación, el bilingüismo en la Academia para la enseñanza del idioma inglés fundada en 1950, los saberes necesarios para tomar el tren de desarrollo que ya no se detendrá.
Los hoteles Rosita 1948, y Paraíso 1951, las construcciones de casas de pajarete y de palapa con sus riesgos de incendio que van quedando atrás y dan paso a nuevos materiales y nuevas formas de uso del lenguaje, los cambios en la Psicología Regional de fortaleza y orgullo, los domadores del “Mar bronco encabritado por los turbiones o deshecho en laberintos sobre la inmovilidad de las arenas” como definía Juan Rulfo a Jalisco.
Los tejados y el sonar de la música de lluvia que tantas veces atrae la mirada poética y nostálgica silente de hombres y mujeres en ventanas y balcones.
La memoria histórica necesaria a pueblos y gente para no fenecer en las aguas turbulentas de un presentismo miope sin sustancia ni dirección.
Las fiestas populares como muestra de la geografía cultural, en ese marco la catarsis colectiva de fiestas como la del carnaval que ha tenido su propio ritmo, la propia dinámica, las voces de algunos actores, el riesgo de que se desborde el temperamento, el riesgo de división, el riesgo de ruptura de la necesaria cohesión social, la dinámica económica del ocio y recreación colectiva, la perspectiva de consolidación.
El carnaval, el color, las fotografías, la música, el filón de búsqueda para documentar e interpretar el fenómeno llamado carnaval de Puerto Vallarta.
CRÓNICAS VALLARTENSESAgustín Flores Contreras, en esa historia de bronce para destacar una obra, un personaje de opiniones encontradas, el empresario nayarita primer millonario local, benefactor de la niñez vallartense, sus donaciones, compromiso en la etapa fundacional para la construcción de la infraestructura educativa, los niños y las niñas de varias generaciones que se acercaron al prometedor mundo del alfabeto y de los números, para abrir ventanas y atisbar horizontes.
El apartado de las instituciones educativas pioneras en el municipio, el olor del salón de clases, las asociaciones y el recuerdo dulce, el gis, los pizarrones aquellos en donde se vivió el terror de resolver un problema de guarismos, los recreos, juegos infantiles, la voz de los buenos maestros que hicieron estrella polar para extender la mirada más allá de bosque.
Los proyectos educativos en Puerto Vallarta, Ixtapa, Las Palmas, el Coapinole, los pueblos y rancherías, el diseño de los edificios escolares, la arquitectura de las comunidades que arropan a sus iglesias y escuelas, los maestros a lomo de mula y las brechas y caminos reales para llevar la escuela a los lugares más apartados.
La odisea que representa educar con calidad a la niñez, adolescencia y juventud de la región en donde asedia como en muchos lados el fantasma de la tentación y la distracción que pierden al sujeto en el Eros oscuro de la gestión de la inteligencia y corazón.
La lectura de un libro, la posibilidad de comprender la historia para fortalecer el ser vallartense.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. [email protected]

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