EL VALLADO ALREDEDOR DEL PALACIO DE GOBIERNO EN JALISCO CUMPLE UN AÑO PROHIBIENDO EL LIBRE TRANSITO PEATONAL.
Unos días previos a la conmemoración del grito de independencia, correspondiente al 2017; las autoridades estatales colocaron una valla de seguridad que obstaculiza, hasta el día de hoy, el paso peatonal por las inmediaciones del edificio público.
Sin embargo, las condiciones de accesibilidad son complicadas para el transeúnte, ya que las banquetas que circundan al palacio de gobierno se encuentran completamente intransitables, debido a la presencia de las vallas metálicas colocadas al borde de los machuelos de las banquetas.
Posteriormente, se iniciaron los trabajos de remozamiento de la cantera de las cuatro caras del inmueble, mismos que aún no concluyen; por el contrario, los nuevos trabajos que intervienen la plaza de «armas», lugar a donde el balcón utilizado para llevar a cabo el evento cívico histórico y donde los habitantes de Guadalajara acostumbrados a participar en la noche del 15 de septiembre, está totalmente destruida, por las obras de la línea (L3) del tren ligero.
Situación que opacará, seguramente el colorido de la celebración. Así pues, el 2018, a unos meses de que esta administración estatal concluya, todo parece indicar que ni los eventos multitudinarios cívicos o sociales, se disfrutarán; por otro lado, con respecto a las obras inconclusas que abundan por todas partes del primer cuadro de la ciudad, quedarán así, sin terminar.
Todos estos elementos en conjunto, dan como resultado una percepción social de una ciudad llena de suciedad, desorganizada, mal planeada, destruida, en decadencia.
Con ello, podría interpretarse que lo importante para el gobernador de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, fue sentirse seguro en el interior del palacio de gobierno, evitándole a sus gobernados acercarse al edificio público, convirtiéndole en un palacete «medieval» circundado por una fosa llena de depredadores.