El bagazo de agave es sometido a procesos químicos para eliminar componentes como ligninas, hemicelulosa y extractivos, a fin de aprovechar la celulosa, informó la académica del CUTonalá, doctora BelkisCoromoto Sulbarán Rangel, quien encabeza el proyecto.
Los investigadores de la UdeG trabajan la celulosa para que las fibras sean más pequeñas, y eso le da a la membrana cinco centímetros de diámetro y 0.3 milímetros de grosor, mejores propiedades en la absorción de contaminantes.
La nanocelulosa obtenida es materia prima para desarrollar las membranas. El propósito es que puedan colocarse en el grifo del agua y que, con ayuda de la presión del líquido, el agua salga limpia. La idea es auxiliarse de un dispositivo donde sea anclada la membrana, y se enrosque en el grifo.
Los investigadores han desarrollado varios filtros, pero los que mejores eliminan el hierro en 80 por ciento, en el caso del cromo 99 por ciento, del cadmio 85 por ciento y para el E. coli, 80 por ciento, aproximadamente; lo cual convierte al agua en apta para el consumo humano, al cumplir muchos de los parámetros establecidos por la Norma Oficial Mexicana.
Hay una variedad de E. coli, la O157:H7, que puede sobrevivir en el agua potable y causar cólicos abdominales, diarrea con sangre y vómitos. Los adultos sanos se recuperan de la infección en alrededor de una semana, pero hay casos de adultos y niños que podrían desarrollar una forma de insuficiencia renal denominada Síndrome urémico hemolítico; de ahí la importancia de eliminar dicha bacteria.