¿POLÍTICAS CRIMINALES?
¿No cree usted, amable lector, que ya se derramó el vaso? ¿La paciencia y la esperanza de los mexicanos hasta dónde llegará? Las dádivas pordioseras “para los mexicanos felices” ¿es la solución para disminuir y combatir la pobreza y el hambre? El penúltimo golpe a los mexicanos es la desaparición del seguro popular, pifia creadora de una criminal incertidumbre nacional que afecta a más de 53 millones de mexicanos que no son derechohabientes de la seguridad social en general y que tienen que recurrir a organismos de salud tanto privados como de casi beneficencia pública.
Según información periodística, son ya ocho estados de la República, entre ellos Jalisco, que habrán de solucionar la demanda de atención a la salud con sus sistemas y los recursos respectivos. Enrique Alfaro, que en poco sintoniza con López Obrador, “pintó su raya” y califica de absurdo y centralista esa medida del gobierno federal y, aunque estas medidas son tomadas a “producto de ganso” esta semana se espera una reunión entre ambos mandatarios con ese tema, entre otros. Recuerde que Jalisco es víctima de las rencillas partidistas entre los mencionados personajes y por ello la reducción de hasta 3 mil 500 millones de pesos para la entidad en el presupuesto nacional. En tanto, a capricho o por beneficiar a otros, se desperdicia el dinero de los mexicanos, por ejemplo, al echar abajo obras iniciadas como el aeropuerto de Texcoco. ¡¡Ah, pero habrá trenecito maya. Y será apoyado el beis bol!! Sin duda esa obra es vista como la llegada del desarrollo para el sureste mexicano.
Cesó la atención a los mexicanos a través del seguro popular y el resto del sistema de salud púbico otorgaría el servicio. De por sí la seguridad social a través del IMSS, ISSSTE y la propia Secretaria de Salud están rebasados, ¿las canas obnubilaron la realidad? La incertidumbre en materia de salud es un riesgo para las personas. No hay atención y, si la requiere y acepta, tiene que ser pagada. Desde el anuncio de la desaparición del Seguro Popular, ex secretarios de Salud a nivel federal, publicaron en la revista Nexos, el año pasado, fundamentadas reflexiones por el mal diseño y la pésima planeación, avizorando el grave riesgo para la salud pública de los mexicanos de lo que ahora es el Instituto de Salud para el Bienestar.
Hasta ahora, gracias a Dios o a quien usted quiera, no se sabe de decesos o mayores malestares en los pacientes que tenían seguro popular y ahora no saben a qué santo encomendarse. ¿Presupuestariamente, técnicamente, en infraestructura humana y de equipo, la adaptación al cambio y las consecuencias, pasaron por la mente de los autores de esto que, afortunadamente, hasta ahora no ha provocado una masacre a la salud pública? Menos mal que por ahora está disminuido el mosquito transmisor del dengue; que la influenza o un desastre natural no ha hecho
de las suyas!!!
En Jalisco la OPD del Hospital Civil de Guadalajara tuvo relación con el Seguro Popular. (Por cierto ¿Había deudas multimillonarias. Ya fueron cubiertas?) Dijo López: “Al diablo con las instituciones”. La salud del pueblo y los organismos que la proveen, ¿también? No hay reglas puntuales. ¿Pagarán los pacientes, cuánto, cuáles son los niveles de atención médica con exención o pagos mínimos, cuáles son los padecimientos de cobertura? Hasta ahora no está previsto. Mientras ¿que la salud de los mexicanos se vaya al diablo”? Ah, pero con esto se combate la corrupción. La ineficiencia gubernamental ¡¡también es corrupción!! No todos los mexicanos tienen recursos para contar con médicos cubanos. Y…qué pasa?