TRATARÉ DE SER MENOS PELMA
Por: Dr. Luis Octavio Cotero Bernal
Director del Observatorio Académico de Justicia y Seguridad Pública de la División de Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara.
Algunos de mis escasos lectores, que desde luego trato de que en ninguna de mis aportaciones en esta columna molestarlos de manera alguna, que quienes se molestan han de ser aquellos que son deshonestos, incongruentes, pillos, traidores, porque solo me refiero a aquellos que se alquilaron para servir al pueblo y resulta que solo se sirven asimismo a las mafias que integran, porque desafortunadamente en todos los niveles de la administración pública, desde hace ya más de ochenta años, hemos visto como el servicio público se volvió un instrumento de superación de la miseria e enriquecimiento ilegitimo y lo más lamentable, a todas luces y la comunidad callada consintiendo con la esperanza de que un día esta situación cambie, pero el pillo confiando en la cobardía, la apatía, la impunidad, sigue como hasta hoy echando el gato a retozar, usted disculpe amable lector, que me contradiga al decir que tratare dejar de ser un pelma, pues este término se usa para la persona molesta e inoportuna, de lo que seguro estoy que quienes mediante el voto buscaron acceder al poder y otros mediante la grilla aviesa, porque la política se entiende que es un instrumento prudente, respetuoso, armonioso, licito y con un propósito sano para tener acceso a los diversos cargos públicos, entre otros, los del Poder 
Judicial, tanto el federal como el estatal, la procuración de justicia y todos los demás servicios que existen en todos niveles de gobierno y, le protesto a usted amable lector, que si he tenido esa intención de dejar ser una persona molesta e inoportuna porque no quisiera pensar que por cobardía y comodidad de algunos amigos míos preocupados por mi integridad personal ya deja de señalar tan acremente desde el presidente de la república, al congreso de la unión, al poder judicial federal y a los tres niveles de gobierno del estado, que de acuerdo a su desempeño, no obstante de ser tan generosos, entre otros, el de dar abrazos y no balazos, que si el estatal no lo dice, simplemente lo hace, pues aquí día con día se comenten todo tipo de delitos y desde luego, los más graves como lo es, el feminicidio, homicidio, la desaparición forzada, la delincuencia organizada y la más constante la desaparición de persona por delincuencia común, que los delitos patrimoniales pareciera que a nadie le interesan y hoy que tenemos conocimiento que los conocimiento que los criminales son humanos y por lo tanto tienen derechos humanos y que los militares tienen la capacidad de soportar la peor denostación que en la historia del mundo y de este país en particular, cualquier criminal se atreve a denostarlo, pues tiene que soportar por indicación de su supremo comandante semejantes ofensas a grado tal de darle la espalda al criminal aunque en su presencia este cometiendo 
delitos, usted perdone amble lector si una vez más estoy desbarrando señalando cosas que alguien le han de molestar, ojalá a los gobernantes ya les interese la vida de todos los mexicanos, en particular la de los jaliscienses para ya no decir tantas barbaridades aunque desafortunadamente sean solamente verdades que a diario acontecen.
A mis compañeros abogados, también les ofrezco una disculpa por estarlos exhortando neciamente en cada ocasión a que cumplamos con nuestro deber moral y profesional a que señalemos y enfrentemos las acciones del gobierno y de estarle señalando en cada momento que dejemos el confort de la cobardía, la mediocridad, la supuesta prudencia como buenos Jalisquillos haciendo honor al calificativo del gallinero de la república, como así nos lo impuso el general Don Álvaro Obregón, en aquellas epopeyas revolucionarias en que participaba en las fuerzas armadas.
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