ANARQUÍA, SINÓNIMO DE DERECHO Y LIBERTAD?
Este jueves seis de diciembre de 2018 inicia, simplemente, un nuevo estilo de gobernar. El pasado día uno, los mexicanos seguíamos viendo y oyendo a los del gobierno federal, como en campaña. Y como gobernantes constitucionales…igual. La costumbre no cambia: los gobernantes malos son los que se fueron; los buenos (¿?) son los que llegan. ¿Usted cree? Y lo de siempre: los recién llegados consideran que no hay forma mejor de gobernar que la que habrán de imponer. De esta forma, los “nuevos” con la tradicional capacidad mimética, chapulinesca y de reciclamiento, sencillamente gritan: “el rey ha muerto, viva el rey”.
Revisando discursos de campaña electoral a nivel federal y estatal, los entonces candidatos ofrecieron “el oasis en el desierto” y el paraíso o la gloria terrenal. Exigen los ahora gobernantes constitucionales que la ciudadanía haga su parte. Aquí hay una gran falla porque la mayoría busca que la justicia caiga “en los bueyes del compadre”. Es decir, la condición humana es exigente en todo y pelea “sus derechos” aun pisoteando a los demás y, por supuesto, eliminando obligaciones. Quien diga lo contrario es gemelo de Pinocho.
La mayoría de los flamantes gobernantes y funcionarios ya tuvieron sus oportunidades y vean como están México y Jalisco en lo particular. Todo indica que los “Derechos Humanos” arrasan con todo y en muchos aspectos aplastan los derechos de otros cayendo en la anarquía y sucumbiendo ante el poderoso. Al escuchar los acusatorios y vociferantes discursos, la gente que solamente es presa del odio hacia personas e instituciones, practica en las urnas “su” democracia misma que a fin de cuentas se convierte en malestar para las mayorías.
Con López Portillo en la presidencia de la República previno a los mexicanos para “administrar la riqueza”. Con los tecnócratas Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y con Peña Nieto crecieron la pobreza, el desempleo, la violencia, la incompetitividad cultural y educativa, la deuda externa, el latrocinio, el cinismo y la impunidad y por supuesto, hubo nuevos multimillonarios. El gran capital mundial manipuló y absorbió gobiernos y acabó con economías y recursos naturales de muchos países, entre otros rubros. El gobierno y los gobernantes fueron ricos y el pueblo pobre.
Ahora ya hay gobernantes constitucionales y tienen la obligación de cumplir a cabalidad. Ya tienen el poder y el mando pero también sus ocurrencias, caprichos y ambiciones políticas que van con el antiguo sistema, solamente con distintos colores y personajes. ¡¡Al tiempo!! Y ¿qué se espera de los actuales gobernantes? ¡¡Ya los vieron en otros cargos!! Quieren más? Y…qué pasa?