OPINIÓN

COMO TE VES, ME VÍ Y COMO ME VES, TE VERAS

Por: Redacción/ TEN/ Opinión

En la sociedad mexica, la vejez comenzaba cuando un hombre alcanzaba los 52 años, es decir, cuando se cumplía un siglo: transcurridos 52 vueltas del ciclo de 365 días y 73 vueltas del calendario adivinatorio.

La persona que alcanzaba tal edad era respetada por la comunidad y se le eximía de muchas de las obligaciones que hasta entonces debía cumplir: ya no pagaba tributos, sus consejos se consideraban sabios y podía consumir el sabroso pulque: la “bebida de los dioses”.

Ser viejo no equivalía a la exclusión de la sociedad; por el contrario, los viejos seguían activos y en ellos recaía la tarea de concertar los matrimonios, las ceremonias religiosas, a más de interferir con sus consejos en los asuntos del trabajo, la familia y la guerra, pues se tenían muy en cuenta su experiencia y sus conocimientos acumulados en un siglo de existencia. Fray Bernardino de Sahagún lo refiere en su obra “Historia general de las cosas de Nueva España”.

Los mayas consideraban a los ancianos como transmisores de la sabiduría y profetas excelentes.

Pero eso era en aquellas épocas tan rudimentarias, arcaicas y precolombinas, algo que para las nuevas generaciones (formadas en universidades), mejor preparadas, pujantes y visionarias, parece no figurar o simplemente no se permitieron perder el tiempo en conocer la historia de nuestros orígenes.

Hoy vemos con tristeza que para los jóvenes en edad productiva (25 a 35 años), llegar a desempeñarse en algún cargo, servicio público o empleo en la iniciativa privada, la experiencia que otros poseen, no les interesa ni llama la atención.COMO TE VES, ME VÍ Y COMO ME VES, TE VERAS

EXPERIENCIA, una palabra muy especial que está formada por vivencias, errores, aciertos, pero, sobre todo, años, muchos años; así lo manifiestan el pelo blanco y las arrugas de aquellas personas que llegaron mucho antes que estas nuevas generaciones.

Los “viejos” que abrieron camino, aportaron para la formación de muchas de estas nuevas generaciones de personas (que creen que o le deben nada a nadie) y que llegan a ocupar un puesto por merecimiento y atribuciones propias, ahora son desechados por su propia creación.

En la actualidad un adulto mayor en México es aquella persona con 60 años cumplidos, según lo establece la ley correspondiente, pero lo contradictorio es, una persona con 60 años en promedio lleva trabajando por lo menos 40 años, es decir, tienen más experiencia que la edad de muchos de los pubertos empoderados que aún no habían nacido cuando muchos de sus antecesores o ahora compañeros ya sabían de responsabilidades.

Resulta inconcebible que, en esta época tan moderna, llena de derechos y una gran “diarrea” legislativa, que se pronuncia a favor de aberraciones y se “baña en pureza” dándole valor hasta a los animales; la discriminación por edad es cosa de todos los días, cambian personal como cambiar de “tornillos” a una máquina, y todo porque para los nuevos (llenos de ganas de comerse al mundo), quienes llegaron antes que ellos, ya son obsoletos o viejos.

Vaya pues, quizá son poseedores del secreto de Dorian Grey, o tienen en su hogar una fuente de la eterna juventud, pero de no ser así, les tengo una noticia “jóvenes valiosos”, tal y como lo dijera mi abuelo, “Como te ves, me vi y …como me ves, te verás”.

Pdt, “Quien no oye consejo, no llega a viejo”.