OPINIÓN

ESCRITURA CONTEMPORÁNEA

ESCRITURA CONTEMPORÁNEAPor: Jorge Valencia*

Antes, las opiniones erróneas se difundían por escrito, en forma de artículos editoriales que más tarde admitían cierto rubor. Llevaban la marca de una tecla borrosa de la Olivetti. Lo malo de las opiniones es que cambian. José Emilio Pacheco decía que lo único que no cambia en una persona es la sintaxis.
La tecnología de la actualidad nos permite equivocarnos a través de distintos medios conectados en “iCloud”. La estupidez nos persigue como escupitajos al aire. Nuestros límites los determina el costo mensual de “la nube” y la conectividad a internet. De manera que lo que uno dijo en la adolescencia lo perseguirá hasta después de la jubilación. Lo que se defendió antes de los 20 en el café de La Paloma repercutirá en el tono de las reuniones en el asilo. Cincuenta años son muchos para perpetuar un argumento en contra de la narrativa de Milán Kundera.
El heraclitismo pregona lo que el universo digital impide. Uno es el tipo cuya foto circula en la red: sometido al milagro de la eterna juventud, con puntos de vista que ni la apertura democrática ni la guerra contra el narco alterarán a lo largo del curso de la eternidad. O de la corriente eléctrica del módem.
La universalidad depende de la simpatía en Tik Tok. Los ensayistas de lo banal demuestran la contundencia de lo absurdo mediante la brevedad de su cosmovisión, repetida en las distintas versiones de las mismas teorías de la conspiración donde el pensamiento crítico es una referencia lejana, como las playas del mar de la Tranquilidad: nadie se ha bañado ahí; todos han oído que existe.
ESCRITURA CONTEMPORÁNEAEl chat GPT ha llegado al exceso de pensar por nosotros. Puede hacer un soneto o un reportaje gráfico de la guerra en Ucrania. Permite simplificar la razón. Hasta sustituirla, con la peculiaridad de que el programa se adapta a la sintaxis de quien oprime el “enter”. Significa que el Alzheimer podrá omitirse. Las posturas personales podrán consultarse en el historial de esa “App” cuando la senilidad merme los radicalismos.
Las discusiones por escrito podrán prescindir de su autor. Se darán los debates de las ideas que GPT elegirá, bajo la comodidad de un articulista que ya no se moleste en escribir. Siquiera saberlo.
Los “podcast” de la ignominia consumirán las redes sociales y serán respondidos en automático por los “bots” programados para tal efecto sin la monserga de enterarse lo que el otro dijo ni lo que éste respondió. Un mano a mano tecnológico que nos regrese el Edén de la ignorancia, donde el pecado tenía la forma de una manzana y aún nos avergonzaba nuestra desnudez.
Cuando nuestro planeta desaparezca, tal vez otra civilización, en otra galaxia, escuche nuestro rumor. De nosotros, sólo quedará la sintaxis.

*Director académico del Colegio SuBiré. [email protected]

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