OPINIÓNPOLÍTICA

¿INSPECTORES LABORALES CON CASCOS AZULES?

Según los especialistas, esta semana será crucial para conocer, a ciencia cierta, el rumbo o destino final del TMEC. Esperemos que las diferencias entre los demócratas y los republicanos norteamericanos hagan una tregua y se firme ese documento que, al no refrendarse de una u otra manera, ha desestabilizado la tranquilidad y la productividad en México y, con ello la paz laboral que aún con los lógicos vaivenes, se ha sostenido en medio de la desconfianza, la incertidumbre y bañado en sangre.
No asombro, sino pánico, priva entre empleadores y empleados por la posibilidad de que USA imponga la presencia de “inspectores laborales” y, peor aún, que asienten sus reales en México para supervisar la vida de la producción, sobre todo en las empresas de capital extranjero y las que se relacionan directamente con el todavía vigente TLC. Otros observadores y analistas preconizanuna nueva presión a las instituciones nacionales.
De llegar a esos extremos, nuevamente se comprobaría el afán violatorio y aplastante a la soberanía nacional consignada en la Historia de México. Quedaría claro que en cuanto a lo laboral-sindical, habría violación a los Convenios 87 y 98 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que, en teoría, garantizan la no intervención del gobierno en la autonomía sindical y de acuerdo a los señalamientos de sindicalistas como Antonio Álvarez Esparza, Secretario General de la Federación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (FROC) y Juan Huerta de la CTM Jalisco quienes sin duda están de acuerdo en que este desorden nacional, entre otros, se deriva de la reforma constitucional del 24 de febrero de 2017 cuando se modificaron los artículos107 y 123 (que contiene, entre otros conceptos, el de la justicia laboral), reformando la Ley Federal del Trabajo (LFT).
Con la presencia de inspectores o verificadores laborales se interfiere la vida sindical y del país, se pierde la soberanía. Los sindicatos son nuevamente agredidos lo cual es una derivación de las reformas a la LFT que, a fin de cuentas, solamente es una sustitución de funcionarios y dirigentes sindicales emanados del actual gobierno. De ahí que la postura de los sindicalistas tradicionales será la hacer frente a esa aplastante expectativa que hundirá más en el pantano a los trabajadores lo cual rompe esa paz laboral que de una u otra manera sobrevive en México y que, de seguir así, habrá mayores enfrentamientos que en nada ayudan al de por si dividido país. Ahora los empresarios mexicanos ven bajar la guillotina de la incertidumbre, aunque los “otros datos” digan lo contrario.
Esta otra violación al vilipendiado estado de Derecho en México abre más la puerta al de por sí enorme poder del vecino del norte que hace lo que quiere y como quiere y sin miramientos. No “hay amigos, solo intereses”. Es la doctrina de los países poderosos. Con la firma del TLC en tiempos de Carlos Salinas de Gortari también se comprobó que como “socio”, el papel México es de sirviente. Y de seguir ese aplastamiento, quien usa la obra juarista para los discursos, comprueba la capacidad mimética de muchos políticos. Según la historia, Benito Juárez dijo: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”. ¿Cree usted, amable lector, que el comportamiento gubernamental, que tanto se escuda en Juárez, cumple con sus postulados?
En estos momentos cómo actuarían sindicalistas gentes como los Flores Magón, Valentín Campa, Vallejo, así como Fidel Velázquez, Francisco Silva Romero, entre otros. Por cierto, el próximo 21 a las 08.30 horas será conmemorado el Trigésimo Octavo aniversario del fallecimiento del fundador de la CROC FROC conocido también como “Pancho” Silva Romero, en la Rotonda de los Jalisciense Ilustres. Y…qué pasa?

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