OPINIÓN

LA GUADALAJARA DE HOY SE PERDIÓ EN LA BRUMA DE LA CONCIENCIA BURÓCRATA

LA GUADALAJARA DE HOY SE PERDIÓ EN LA BRUMA DE LA CONCIENCIA BURÓCRATAPor: Carlos Prospero

Guadalajara es una ciudad jodida. 

Maltratada y vituperada por los gobernantes y los burgueses, pero sobre todo por los ingenieros civiles y los arquitectos que movidos por la ambición la han descuartizado y han hecho de ella un adefesio. 

Hasta el clero se ha metido en esta hecatombe, mostrando su poder fáctico sobre las almas corruptas de quienes se han enriquecido empobreciendo a la mayoría y dejando afuera del cobijo de la ley a todos los que son indígenas (aunque les haga ñáñaras la palabra), inmigrantes y todo aquel que no se ajuste a las imposiciones laborales de los industriales, comerciantes, banqueros, etcétera. 

LA GUADALAJARA DE HOY SE PERDIÓ EN LA BRUMA DE LA CONCIENCIA BURÓCRATAEl gobierno, representante y defensor de éstos, se quitó finalmente la máscara y en nombre de la honestidad, la sinceridad y la moral cristiana, hace con la ciudad lo que le viene en gana para mantener a la población en un estado de indefensión que evita que ésta manifieste su descontento. 

Hasta los “cómicos” que publican todos los días en todos los periódicos locales, y también los nacionales, sus caricaturas irónicas, solo la hacen de vacunadores para evitar que la olla de presión explote. 

Todas las esculturas pagadas, seguramente, a precios fuera de órbita, invaden la ciudad con su fealdad, apostándole a que la gente de tanto verlas se acostumbre y las acepte, y la imposición de esta Felleza sea, con el tiempo, un objeto utilitario, como la maceta del adefesio llamado Paseo Alcalde, burda imitación de los Champs Elysées, en donde después de las 8:30 de la noche se puede uno encontrar con toda clase de indigentes, fumadores de mariguana y alcohólicos, en busca de un lugar en alguno de los albergues de la zona del Santuario del llamado Centro Histórico. 

LA GUADALAJARA DE HOY SE PERDIÓ EN LA BRUMA DE LA CONCIENCIA BURÓCRATAPero no solamente en la noche, durante el día, los ciclistas corren en sus máquinas de tracción animal sin importar el temor que provocan en los peatones, pues creen que por tener un espacio exclusivo para su circulación pueden correr a la velocidad que pueden y atropellar a quien sea que camine por su espacio exclusivo, pues se consideran dueños de él. 

Se entiende que tras de estos permisos no declarados se encuentran la intención de los gobiernos estatal y municipal de que los habitantes de la zona centro desalojen sus casas, para que el gobierno haga el negocio de la vida construyendo torres para oficinas en esa zona. 

Las ciclovías, sin duda, son ideas de algún arquitecto exquisito que lleva en su corazón a alguna ciudad europea que le causó fuerte impacto emocional, en la que había este tipo de espacios de circulación. Solo que no consideró la historia de ese lugar ni la del nuestro, y ha querido imponer esa tendencia desde la perspectiva de los negocios, aprovechando su posición de influencia en alguno de los dos gobiernos, el municipal o el estatal, o ambos, concebida desde su melancólica y atrabilaria existencia, como un reflejo de esa soledad que le martillea el pecho y que no llenará con arrepentimiento ni retiros espirituales.  

Guadalajara está jodida, realmente. 

LA GUADALAJARA DE HOY SE PERDIÓ EN LA BRUMA DE LA CONCIENCIA BURÓCRATAPodemos observar, si nos sentamos en una de esas supuestas bancas, que no lo son, aunque fueran diseñadas por algún arquitecto que las pintó como si fueran libros, la frustración existencial de los arquitectos, intelectuales y materiales, de ese paseo Alcalde en señal de una actitud adoratriz encapsulada en el pasado. 

Allá se encuentra su mentalidad. Ojalá se queden allá y se extingan para dar lugar a manifestaciones urbanísticas de mejor respuesta a las necesidades de la población. 

Más ahora que se perdió la conciencia crítica y pusieron en su lugar a la conciencia interpretativa, es decir, han retrocedido urbanísticamente, intelectualmente, al siglo XIX. 

La ciudad, sus gobernantes y su burguesía (en otros tiempos dinámica, creativa, con visión de futuro) se perdieron en la bruma del pensamiento narcisista, ególatra, que constituye hoy el medio ambiente social, el cual construyeron y finalmente se los engulló. 

Guadalajara está jodida y, lo peor, en un hoyo o en un callejón sin salida, ¿por cuánto tiempo?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *