TEMPORADA DE EVALUACIÓN DE APRENDIZAJES

2023-11-15 Vigaro

Por: Rubén Zatarain Mendoza*

Como se establece normativamente, las escuelas de educación básica entran en el cuarto intermedio de evaluación de aprendizajes. El calendario escolar marca el 17 de noviembre como día de descarga administrativa a efecto de cerrar evaluaciones del primer trimestre.
El enfoque es la evaluación formativa.
Las orientaciones para la tercera sesión ordinaria del Consejo Técnico y el taller intensivo de formación continua para docentes asumen que “La evaluación de los aprendizajes forma parte del proceso formativo, se encuentra dentro de la relación pedagógica docente-estudiante y en el marco de un currículo que integra conocimientos y saberes alrededor de la realidad de las y los estudiantes; es decir, en el marco del aula, la escuela y la comunidad, entendidos como espacios de interdependencia e interrelación para la construcción de saberes y conocimientos” (SEP, 24 de noviembre de 2023).
Un primer corte de evaluación formativa de aprendizajes es necesario, otra vez el currículum formal y territorializado documentalmente versus el curriculum real o vivido en las aulas y apropiado por los sujetos.
Estaría bien que para alimentar la cultura y la práctica de la evaluación formativa en los niveles de educación básica se discriminaran conceptos esenciales como evaluación cuantitativa y evaluación cualitativa, formación e información, evaluación y calificación, como lo hacen entre otros autores, el español Miguel Ángel Santos Guerra.
Aprender sin la mediación de los libros y en condiciones de discontinuidad de las clases, por distintas razones, entre ellas las meteorológicas (huracanes Lidia y Otis, lluvias intensas) o sociales como la asignación de maestros, los ejercicios de evaluación diagnóstica, Mejoredu, Recrea Avanza 2023, las fiestas patrias de algunas localidades, la romería zapopana y el Día de Muertos, las jornadas sobre Proyectos integradores y Recrea academy; la dinámica e historicidad en menos de tres meses; la acumulación de las Barreras para el Aprendizaje y la Participación que la propia estructura administrativa, distante a las equidades e inclusiones en este primer tercio del ciclo escolar.
En un marco donde todo debería ser objeto de evaluación, los niños, las niñas y los adolescentes rinden cuentas en estos días de sus aprendizajes cortoplacistas, del avance en la construcción de contenidos y procesos de aprendizaje y desarrollo.
Con todo e intención formativa hay un absurdo pedagógico en el marco temporal asignado para los aprendizajes y “El que no que no” parafraseando al alcalde de Lagos de Moreno.
Las maestras y los maestros, evaluadores científicos en ciernes, la sobrevivencia en el laberinto de los dilemas éticos y profesionales: evaluar para acreditar, evaluar para calificar, calificar para cumplir a control escolar e informar a las madres y padres de familia involucrados y ausentes.
Las prácticas evaluativas en preescolar, tiradas en la hamaca, las prácticas evaluativas en primaria con un nudo gordiano en la primera de sus fases; las prácticas evaluativas en secundaria con fragmentos y parcelas de conocimientos inconexos.
En un enfoque de evaluación formativa que no termina de establecerse en las prácticas educativas tendrán que considerarse el tiempo real dedicado al aprendizaje y la calidad de la interacción didáctica, el uso de la comunicabilidad de los libros de texto gratuitos, el aprendizaje real y eficaz, entre otros factores.
Informar en clases, exponer el conocimiento, priorizar lo metodológico externo, no es formar las estructuras cognitivas necesarias; como aprender, no es repetir y exhibir dominio de contenidos en exámenes o de manera memorista.
La pausa, los ritmos, los procesos, la gradualidad y los intereses, la salud del educando, el apoyo de los padres como determinantes en la calidad de los aprendizajes.
Aprender sin la mediación de los libros de texto (en Secundaria apenas se concluye su entrega y para algunos grupos y turnos de manera insuficiente); aprender en un proceso de cambio de enfoque de la práctica docente, la espiral de aprendizaje sobre programas sintéticos y analiticos consumidores de tiempo de profesionalización autogestiva; el punto de partida, el punto de llegada.
Formar individualidades, equipos y grupos escolares, formar comunidad de aprendizaje más allá de la repetición catequista de algunos pseudo actualizadores y pseudo formadores de docentes no es suficiente.
El Sistema Educativo Nacional tuvo un inicio de ciclo escolar incierto, antes de la entrega de los Libros de Texto Gratuitos sorteó con dificultades las estocadas de los jueces y las peticiones de amparo de la Asociación Nacional de Padres de Familia, de algunos gobiernos estatales, el acoso algunas curules de Congresos locales y de la Unión, los periodistas de los canales televisivos y radiofónicos, de las fuerzas opositoras políticas que mueven de muchas maneras la cuna y en este caso tomaron como trinchera la educación pública y las escuelas, los LTG vilipendiados y sin uso por algunos.
Un ciclo escolar que desde su inicio presenta particularidades por las razones mencionadas y que ha de rendir cuentas de aprendizajes reales en cada biografía de los educandos.
La SEJ y su propensión a la epidermis teórica y conceptual en materia de cambio curricular, su delirio por las mediaciones digitales y los colores chillantes; el tiempo que se agota en la inercia de los tomadores de decisiones, su práctica política incorregible, el tiempo del proyecto educativo que se acaba.
Demasiadas ambiciones políticas sueltas y demasiado descuido de las tareas sustantivas, parafraseando a Freire mucha extensión digital (Recrea App, el rol de Director, la plataforma de gestión que muere en las aguas revueltas de la reingeniería). Mucho decir sin contenido en visitas regionales y medios periodísticos locales a modo y poca solución de la problemática de los asuntos que atañen a la calidad educativa, que atañen a la calidad de los aprendizajes.
Al final los educandos hoy evaluados, al final las maestras y los maestros hoy evaluadores.
La dimensión política y los aprendizajes. El SNTE y el magisterio. Los liderazgos sindicales, hábiles edecanes y eficientes celebradores de cumpleaños de mandos medios que medio mandan, esos burócratas de lo dialógico, esos que huyen de la relación con sus masas representadas; los que prefieren gestión del “Buen Fin” y optan por subir a los lomos de la academia clientelar y han decepcionado la transición democrática pensada; los que han quedado a deber por la limitada alineación de la gestión esperada en el cruce de las aguas poco cristalinas de la 4T nacional (guinda) y la fórmula condescendiente local (naranja).
Los profesores nunca evalúan en abstracto, las condiciones materiales y la coyuntura del ambiente de fuera de la escuela atraviesan las prácticas educativas.
Lo que el estudiante realmente aprende está por confirmarse, el marco contextual se constituye diferente en un proceso de implementación de la reforma curricular que se mueve con dificultades en una orografía accidentada de campos formativos, ejes articuladores, integración curricular y perspectiva de evaluación humanista y formativa.
El credo de la NEM tiene uno de los pilares en la evaluación formativa.
Las mentalidades y las estructuras tradicionales de las formas de evaluar se resisten a cambiar.
Temporada de evaluación de aprendizajes, las prácticas de alumnos y docentes en la ideal primera jerarquía.
Temporada de evaluación de aprendizajes, el absurdo de una calificación, el reto de planificar acciones para el próximo trimestre.
El primer corte de resultados y el ajuste a los proyectos de trabajo, el camino pedregoso, los primeros huaraches de planeación didáctica y uso de los LTG hacia la transformación educativa sustentada en el humanismo mexicano, el derecho humano a la educación y la justicia social.