Uno de los grandes pendientes ambientales en Jalisco es la contaminación del Río Santiago, que está acentuada en el tramo de los municipios de El Salto y Juanacatlán. Sin embargo, a decir de investigadores del Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá) de la UdeG es posible recobrar su esplendor.
“En diez años podríamos recuperarlo si no paramos en su saneamiento, recuperación, vigilancia, inspección y monitoreo. Hay muchas acciones por hacer, pero si paramos cada sexenio, si ya no se le invierte recurso y nadie trabaja, seguiremos teniendo el mismo problema”, declaró la doctora Aída Alejandra Guerrero de León, profesora Investigadora del Departamento de Estudios del Agua y la Energía, del CUTonalá.
“Los ríos se tienen que conservar –añadió–, como en Europa, donde ha costado cinco o diez años, pero con políticas públicas muy establecidas, que no cambien, y que cada año hagan pequeños impulsos a la recuperación y saneamiento del río”.
Para que se logre la limpieza, dijo, se tendrían que focalizar zonas urgentes donde la concentración de la contaminación es mayor, como ocurre en El Salto y Juanacatlán, donde habría que aplicar tecnologías de limpieza para los distintos tipos de contaminantes. Además de emprender una estrategia de atención, monitoreo e inspección para evitar que los contaminantes lleguen al río. “Si se corta el apoyo cada sexenio o cada cambio de gobierno, nunca lo vamos a recuperar”, denunció.
La académica compartió que la zona más contaminada es en El Salto-Juanacatlán, pero han identificado zonas de la cuenca que mantienen una gran biodiversidad, como ocurre en el Río Zula, en el parque de Los Sabinos, Atotonilco el Alto; o incluso en La Presa Corona, que es un tramo del Río Santiago, cerca de las localidades de Atotonilquillo, Chapala, Atequiza e Ixtlahuacán de los Membrillos.