COMO TE VES, ME VÍ Y COMO ME VES, TE VERAS
Ser viejo no equivalía a la exclusión de la sociedad; por el contrario, los viejos seguían activos y en ellos recaía la terea de concertar los matrimonios, las ceremonias religiosas, a más de interferir con sus consejos en los asuntos del trabajo, la familia y la guerra, pues se tenían muy en cuenta su experiencia y sus conocimientos acumulados en un siglo de existencia. Fray Bernardino de Sahagún lo refiere en su obra “Historia general de las cosas de Nueva España”
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