CULTURA

LA LEYENDA DEL VIRUS

LA LEYENDA DEL VIRUSЛитэратура #24

Por: Carlos Martínez Valadez

Guadalajara, amanece y el humilde comercio ambulante se extiende por las empedradas calles al tiempo que los modestos comercios se preparan para abrir. Los gallos terminan de anunciar la próxima salida del sol y las carretas de mulas, los caballos y la gente que en ellos se transportan inician otro día con esa dulce ignorancia que caracterizó la sociedad de mediados de siglo y que sin saberlo enfrentarían y afrontarían el delicado equilibrio entre la vida visible y la que flota invisible en el ambiente de manera cotidiana.

Humildes campesinos provenientes de distintos campos alrededor de la ciudad traen la variada y abundante cosecha que da la tierra; -Sin saber que era la última… la hambruna que se avecinaba-, así como los criadores de animales domésticos se acercan a cumplir con la ley de la oferta y la demanda; aunque demasiados humildes tapatíos no supieran qué es eso.

El río Santiago, al oriente fluye cristalina hasta antes de llegar a un desagüe natural de aguas residuales, dada la pendiente del valle de Atemajac; en verano múltiples embalses naturales son criaderos para millones de mosquitos que migran a las concentraciones de gente; la leche bronca circula en cántaros para el consumo humano; los alimentos se conservan en primitivas ollas de barro cubiertas con lienzos húmedos para mantenerlos frescos. No existía la electricidad, solo el
ingenio producto de vivir  a la intemperie acentuado con el elemental sentido común.

Las acciones fisiológicas, las relaciones íntimas, así como las labores de parto se realizaban sin mayor cuidado y un manto de miedo, de temor a lo desconocido y a la muerte cubría la ciudad, cortesía de la religión cuya evangelización incluía recompensa y castigo divino al que osara retar y fracturar lo establecido.
El primer cuadro de la ciudad de esos años comprendía desde el Río Santiago hasta Mezquitan y desde Mexicaltzingo hasta “Las Cuadritas” de fray Antonio alcalde, con una población censada de la época de 24,249 habitantes.

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