PARTE POLICIACOREGIÓN

EL NEGRO DÍA DE SAN VALENTÍN, TARDE DE PERROS

Guadalajara vivió su » día de San Valentín» la tarde del 14 de febrero de 1973 al ser asesinados en el restaurant «el Cid», que estaba ubicado en López Cotilla y Ocampo, el múltiple homicidio que cometieron Carlos Morales García «el pelacuas», Oscar Rico Salazar «el scherezada», Pedro Ornelas Rochin «el perico», «el macanas» entre otros.
EL NEGRO DÍA DE SAN VALENTÍN, TARDE DE PERROSLos hechos serían la sucesión de una de las épocas más negras de Guadalajara.
Los asesinatos se suscitaron aproximadamente a las 17:30 horas del miércoles 14 de febrero, por la cuál, la cuádruple ejecución seria llamada «el día de San Valentín», en alusión a los asesinatos ocurridos en Chicago en los años veinte. Los ejecutados fueron Guillermo Mora Guerrero» el gordo mora», Arturo Cabrera Palos, Jesús López Magaña, «el serrano» y Guillermo Rodríguez Rodríguez «memo el loco».
De ellos «el gordo mora» era el secretario electo de la federación de estudiantes de Guadalajara FEG.
La reunión de los asesinados y sus ejecutores se había acordado días antes a petición de Héctor Sarquis, quien insistía en que se llegará a un arreglo «cordial» entre los grupos que comandaban » el gordo mora» y «el pelacuas», los que antes conformaban un sólo bloque, pero que se dividió a raíz del homicidio de Otto Buenrostro Ahued, cuya muerte se le achacaban «al gordo mora». Fue tan insistente Héctor Sarquis que finalmente » el gordo mora» aceptó reunirse el 14 de febrero de 1973 en el café «Dennys» , dónde se buscaría una conciliación de ambos bandos. EL NEGRO DÍA DE SAN VALENTÍN, TARDE DE PERROSLa mañana del día de San Valentín, Manuel Cabrera Palos, de 22 años y entonces estudiante de la vocacional, acudió a la casa del «gordo mora», en la avenida Alcalde, para entrevistarse con él cómo lo hacía a diario y enterarse así de la actividades y novedades de las escuelas y facultades de la Universidad de Guadalajara. Manuel supo esa mañana de la cita que había pactado» el gordo mora» con el grupo del «pelacuas», al aproximarse la hora de la cita pactada a las tres de la tarde, «el gordo mora» se hizo acompañar de Jesús López Magaña y Arturo Cabrera Palos al café » Dennys», dónde supuestamente sería la reunión, se les unió Manuel Cabrera Palos, quién pidió a su hermano Arturo de 18 años, que bajó ninguna circunstancia acudiera a ésa reunión, pues temía algo malo fuera a pasar, pesé a la advertencia, Arturo continuó con el grupo.
EL NEGRO DÍA DE SAN VALENTÍN, TARDE DE PERROSDe último momento se cambió el lugar de la cita, trasladándose todos a «el Cid» ahí los estaba esperando » el pelacuas» y su grupo, al llegar fueron encañonados por gente «del pelacuas», quien a su vez fueron amenazados con una metralleta por Manuel Cabrera Palos, que traía oculta bajo su chamarra, ante la desventaja» el pelacuas» señaló que no era para tanto, que si estaban ahí era para concertar la paz entre ambos grupos. Así, en medio del recelo por ambos bandos, iniciaron la plática. El tema central fue la muerte del Otto cuyo homicidio a las afueras de la facultad de derecho se le achacaban a Mora Guerrero, allí se concluyó que al parecer los comentarios acusatorios contra Mora Guerrero habían partido por parte de Adolfo Medina alías «el fito» por lo que enviaron por él a la facultad de derecho, proponiendo el grupo de Carlos Morales enviar a Manuel Cabrera Palos por «el fito», el cuál, se aceptó la propuesta. En cuánto Manuel Cabrera salió del restaurant se inició una Agria discusión entre Mora Guerrero y Morales García, por lo cual,» el pelacuas» sacó una pistola encañonando a» el gordo mora», diciéndole » te vas a morir», mientras » el gordo mora» preguntaba » porque? Que no somos amigos?» Disparándole al pecho » el pelacuas», alcanzando a decir ya tirado en el piso » el gordo mora»..» creí que eras mi amigo»… Haciéndole más disparos. Allí mismo quedarían muertos los acompañantes de Mora Guerrero.
Manuel Cabrera palos ya regresaba de la facultad de derecho, encontrándose con Juanito el gordo, quién le informo de la muerte de su hermano, de nada le había servido la advertencia de su hermano Manuel. Al «Cid» arribó el jefe de la policía judicial del estado José Córdoba Lemus y el licenciado Adalberto Galván Montero, agente del ministerio público, los que dieron fe de los hechos, los cuerpos estaban en charcos de sangre. Esa tarde y noche-miércoles 14 de febrero- el tema obligado fue la matanza en «el Cid», en toda la ciudad se sentía la tensión que había levantado el múltiple homicidio, las calles se quedaron solas a partir de las primeras horas de la noche. La tarde siguiente,- jueves 15- en el cementerio de Mezquitán se desarrollaron las inhumaciones de los ejecutados.
Los respectivos servicios fúnebres se prolongaron hasta el anochecer y a los habitantes de ésa época agregaron una psicosis más, pues se temía que en cualquier momento se registrarán los actos de venganza por la matanza del » día de San Valentín», llamada también en círculos cerrados: TARDE DE PERROS.

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